El éxito es de quien lo trabaja
Al estudiar el éxito, nos percatamos que las personas que se ponen altas metas y se sienten seguras de sus capacidades, enfrentan las situaciones difíciles como oportunidades de crecimiento, y no como amenazas que ponen en peligro su integridad.
Además estas personas:
* Se fijan objetivos desafiantes.
* Mantienen un firme compromiso.
* Se recuperan de los trabajos con rapidez, y siguen siendo eficaces.
* Interpretan los fracasos con rapidez, y siguen siendo eficaces.
* Enfrentan las situaciones difíciles con la seguridad de que pueden controlarlas.
Este esfuerzo positivo no elimina el cansancio, y por eso exige capacidad de resistencia.
La fuente de la eficacia personal la llevamos en nuestro interior o la tomamos del ejemplo de otros.
Sólo es cuestión de persuadirnos de que tenemos lo que hace falta para triunfar; esto nos da confianza y nos anima a mantener un esfuerzo sostenido, estimulando el desarrollo y perfeccionamiento de nuestras virtudes y habilidades, mientras vamos en pos de los objetivos.
Asimismo, comportarnos inteligentemente nos asegura la posibilidad de alcanzar nuestras metas. Por ejemplo, si observamos a las personas que triunfan, veremos que es gracias a su esfuerzo personal sostenido y a su constancia para lograr su objetivo.
Nuestra fe en nosotros mismos y el positivo ejemplo de las personas que triunfan con base en su esfuerzo personal, fortalece nuestra confianza y refuerza nuestra fe en la victoria.
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Gabriel Martínez Navarrete
Muchas gracias Gabriel por tan oportuno artículo, especialmente en este tiempo tan vertiginoso, felicidades!!
Roberto Ulloa