El Año Santo del Apóstol Santiago
Como es ya del dominio público, por caer en domingo el 25 de julio, fiesta del Apóstol Santiago, todo este 2021 es Año Santo Compostelano, razón por la cual quien visite la tumba del Apóstol en la catedral compostelana, obtendrá innumerables beneficios espirituales, siendo los más importantes una indulgencia plenaria, así como el perdón de aquellos pecados que solamente están reservados a la Santa Sede.
Mucho, muchísimo es lo que podríamos hablar de un tema que resulta inagotable y cuyo protagonista, el Apóstol Santiago, ha sido decisivo en la integración de la nacionalidad española.
Una influencia determinante en el modo de ser del pueblo español y que reconoce el inmortal Don Quijote cuando se expresa del Apóstol en los siguientes términos:
“Este si que es caballero, y de las escuadras de Cristo: éste se llama don Santiago Matamoros; uno de los más valientes santos que tuvo el mundo y tiene ahora el cielo.
“Este gran caballero de la cruz bermeja, háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo, especialmente en los rigurosos trances que los moros y los españoles han tenido, y así le invocan y llaman, como a defensor suyo en todas las batallas que acometen” (El Quijote. Parte Segunda. Capítulo LVIII)
La presencia del Apóstol en las grandes batallas que los cristianos españoles sostuvieron contra los invasores sarracenos mucho tuvo de milagrosa, contribuyendo a darle el sello de Cruzada a la gran epopeya de la Reconquista.
Ahora bien, en estos difíciles años del siglo XXI, en que la sociedad parece haber perdido la Fe y en que se le da carta legal a los peores crímenes y aberraciones que mente humana jamás haya concebido…¿Qué le dice el Apóstol Santiago al hombre de nuestros días? ¿No suena todo esto un poco pasado de moda, algo así como pasada de moda es la caballería medieval?
Empezaremos diciendo que el Apóstol Santiago es como el propio Evangelio que, por contener el anuncio de la Feliz Noticia, está siempre de actualidad.
El Hijo del Zebedeo -ya sea como guerrero o ya sea como peregrino- le enseña al hombre de hoy a reflexionar sobre la vida, tomando conciencia de que la vida no es más que una peregrinación cuya meta es el Cielo.
Y tan cierto es esto que cada vez que peregrinamos a Compostela no estamos haciendo más que un pequeño ensayo de la gran peregrinación que, día con día, realizamos sobre la tierra.
En estos agitados tiempos en que estamos iniciando la tercera década del siglo XXI, el Apóstol se nos presenta como un faro que ilumina ere peregrinar de la vida que nos lleva a Cristo.
Y tan cierto es esto que la gran mayoría de quienes han sido entrevistados al llegar a la meta compostelana manifestaron que la peregrinación les había ayudado a encontrarse a sí mismos.
Muchísima gente viaja hasta Compostela para ganar el jubileo, lo cual demuestra que no solamente creen en la vida eterna, sino que comprenden que el pecado es un obstáculo para alcanzar dicha vida eterna.
No deja de ser significativo que en la catedral compostelana veamos una gran cantidad de peregrinos que, después de muchos años, se acercan al confesionario.
Ni duda cabe que “haber hecho el camino” deja en el alma una huella indeleble.
Por algo cuando San Juan Pablo II visitó el sepulcro del Apóstol el martes 9 de noviembre de 1982 (también Año Santo) lanzó un llamado patético: “Desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma”
A pesar de que han transcurrido casi cuatro décadas de tan patético llamado, las palabras de aquel santo pontífice que peregrinó hasta la Tumba del Apóstol son de una gran oportunidad en un continente en el cual los eurodiputados del Parlamento Europeo han tenido el cinismo de darle carta legal -que no legítima- al crimen del aborto.
Durante siglos los pueblos de Europa se conocieron caminando a Compostela y en ese arduo y peligroso caminar se fue construyendo el Viejo Continente.
Así pues, en este Año Santo Compostelano de 2021 el Apóstol Santiago sigue estando de moda y quizás con más fuerza que nunca, especialmente si consideramos las graves amenazas que se dan contra la vida humana, contra la familia y contra la concordia social.
2021, Año Santo Compostelano que habrá de prolongarse durante todo 2022.
Una oportunidad para reflexionar, enderezar el camino y ver como el Apóstol no nos abandona y, aunque algunos lo nieguen, continúa velando por nosotros.
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Nemesio Rodríguez Lois