El valor de las virtudes humanas. La Humildad

17.- Humildad

Es el hábito de actuar con ausencia completa de orgullo y presunción.

La Humildad es la virtud inicial para adquirir todas las demás virtudes humanas y, de hecho, todo el conocimiento humano. Porque, para aprender de los demás, lo primero es reconocer la propia ignorancia y reconocer también que por más que se aprenda, nunca se obtendrá el conocimiento completo.

La virtud de la Humildad es hermana del AMOR, porque para su práctica preestablece como iguales al pobre y al rico; al sabio y al ignorante; al poderoso y al desvalido. Todo esto, por la sencilla razón de que el humilde sabe que de toda la riqueza, el poder y la sabiduría que una persona adquiere durante toda su vida, nada se lleva a la tumba, y sólo persiste en la memoria de los vivos los actos de AMOR que esa persona llevó a cabo.

El ladrón que robó el Paraíso

Uno de los malhechores que estaban crucificados con Jesús lo insultaba: ¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros! Pero el otro lo reprendió diciendo: ¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio? Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho, pero éste no ha hecho nada malo. Y añadió: Jesús acuérdate de mí cuando entres en tu reino. Jesús respondió: En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso. (Lucas, 23, 39-43)

En un acto supremo de humildad, este malhechor señalado en el Evangelio de San Lucas, reconoció su mala conducta anterior y se resignó a pagar con su vida por sus culpas. También, de alguna manera, se enteró que Jesús dijo a Pilato: Mi reinado no es de este mundo (Juan, 19,36), y pide humildemente un lugar pequeño en ese reino.

Antiguos relatos cristianos asignan al malhechor el nombre de Dimas, con el calificativo de El buen ladrón, y la Iglesia Católica lo festeja el 25 de marzo.

Existe un detalle curioso con respecto a San Dimas, y es que, cuando la Iglesia Católica proclama a un alma como santo, es cuando se tiene la seguridad de que ésta persona en vida terrena hizo los méritos suficientes para que, al morir, pasara directamente a estar con Dios, es decir, sin pasar por el purgatorio. Para esto, es obvio que el primer requisito para ser santo es morir. La única excepción de un santo que haya sido canonizado en vida es San Dimas, pero fue el mismo Jesús, el Hijo de Dios, quien lo canonizó, ¿Cuál es el problema?

¿Quieres saber de las virtudes que hemos comentado? Aquí las tienes

       

Perseverancia

 Constancia

Sencillez

Ahorro

Honestidad

Pudor

Lealtad

Fidelidad

Honradez

Sobriedad

Fortaleza

Amor

Orden

Templanza

Justicia

Prudencia

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