El valor de las virtudes humanas. Amistad

29.- Amistad

Es el hábito de actuar con cariño y confianza de dos personas entre sí.

Básicamente esta virtud es la antesala del Amor y se entrelaza con otras virtudes como el Respeto, la Lealtad, la Fidelidad, etc…

Pasaje del Evangelio de los Cuates (Amigos)

El pasaje se redacta en tres Evangelios: Mateo 9, 1-8; Marcos 2, 1-12 y Lucas 5, 17-26.

Tomaré el de Marcos.

Y, al cabo de unos días, entró de nuevo en Cafarnaún. Se supo que estaba en casa y se juntaron tantos, que ni siquiera ante la puerta había ya sitio. Y les predicaba la palabra. Entonces vinieron trayéndole un paralítico, llevado entre cuatro. Y como no podían acercarlo hasta Él a causa del gentío, levantaron la techumbre por el sitio donde se encontraba y, después de abrir un hueco, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Al ver Jesús la Fe de ellos, le dijo al paralítico:

-Hijo, tus pecados te son perdonados.

Estaban ahí sentados algunos de los escribas, y pensaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios? Y enseguida, conociendo Jesús en su espíritu que pensaban para sus adentros de este modo, les dijo:

-¿Por qué piensan estas cosas en sus corazones?

-¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decirle: Levántate, toma tu camilla y anda?

Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados (se dirigió al paralítico), a ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

Y se levantó, y al instante tomó su camilla y salió en presencia de todos, de manera que todos quedaron admirados y glorificaron a Dios diciendo: “Nunca hemos visto nada parecido”.

…….

Las homilías y análisis de esta parte del Evangelio se centran en la demostración que hace Jesús del poder que tiene para perdonar los pecados. A diferencia de estos razonamientos, yo me voy a referir a esos AMIGOS que, haciendo gala de amistad, entraron a fuerzas donde estaba Jesús para que curara a su amigo. Como decimos en México ¡¡¡Qué grandes cuates!!!

Como casi todos los días, Josué, Jesé, Judá y Jacob estaban en la plaza central de Cafarnaún ofreciendo sus servicios y esperando ser contratados por alguien. Ya se acercaba el medio día y nadie los había contratado y además la plaza lucía vacía cuando se desarrolló la siguiente conversación.

Jesé: Qué raro, no hay un alma en la plaza ¿Dónde están todos?

Judá: Se han ido a oír la predicación de Jesús el nazareno que llegó muy de mañana.

Josué: Me han dicho que habla muy bien y que hace curaciones milagrosas.

Jacob: Sí, está bien eso; pero por vía de mientras, nadie nos ha contratado. Vean al pobre Felipe, no pasa por la plaza alguien que le dé una limosna.

Judá: Pobre Felipe, desde que cayó del andamio y quedó paralítico sus familiares lo tienen todo el día ahí tumbado pidiendo limosna. Está bien fregado el hombre.

Jesé: Oigan: ¿y sí se lo llevamos a Jesús para que lo cure?

Josué: Pa’pronto es tarde; vamos, no se nos vaya a pelar el nazareno.

Uno en cada brazo de la camilla y a paso veloz, pronto llegaron donde estaba Jesús, y al llegar:

Jacobo: ¡Que gentío!, ¿cómo vamos a entrar?

Jesé: ¿Y ahora? Ya llegamos hasta aquí.

Josué: Por arriba. Judá y Jacobo que son los más flacos súbanse al techo y quiten las tejas y lo bajamos.

Jacob: Aquí hay unas cuerdas.

Judá: Órale pues, échennos una manita y para arriba.

Jacobo: Calcúlale Judá por dónde estará el nazareno.

Judá: Por aquí merito…

Quitaron unas tejas.

Jacob: Ya está grande el agujero. Échanos las cuerdas.

Jesé: Para que baje parejo, un codo a la vez, ¿listos?

Josué: una, dos, tres… una, dos, tres… una, dos, tres… una, dos, tres… ¿Ya llegó?

Judá: Ya.

Jesé: ¿Se enojó el nazareno?

Judá: No, no se enojó. Hasta sonrió.

Josué: ¿Qué dice?

Judá: Le perdonó sus pecados

Josué: Está bueno, ahora que lo cure.

Jesé: Dile que lo cure.

Judá: Espérate que está hablando con los escribas.

En eso Judá y Jacob acomodaron en su lugar rápidamente las tejas que habían quitado.

Josué: ¿Qué pasa?

Jacob: Ya va para afuera.

Jesé: ¿Quién?

Judá: Felipe, va caminando solito.

Jesé y Josué ayudan a bajar del techo a Judá y Jacob. Ya abajo, juntos voltean a la puerta y aparece Felipe cargando su camilla y las cuerdas y se dirige a ellos.

Felipe: Con amigos así, ninguna pena es grande.

¿Quieres saber de las virtudes que hemos comentado? Aquí las tienes
   

Obediencia

Valentía

 Veracidad

 Misericordia

Generosidad

Gratitud

Caballerosidad

Longanimidad

 Optimismo

Castidad

Magnanimidad

Humildad

Perseverancia

 Constancia

Sencillez

Ahorro

Honestidad

Pudor

Lealtad

Fidelidad

Honradez

Sobriedad

Fortaleza

Amor

Orden

Templanza

Justicia

Prudencia

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