El valor de las virtudes humanas (1 de 58)

Desde hace un tiempo a la fecha he venido trabajando en un proyecto de compilación y análisis de las Virtudes humanas, para presentarlas una por una con su definición y clasificación, acompañándolas de algún hecho o anécdota que las ejemplifique y ponga de relieve su valor en la vida individual, familiar y social de las personas.

Se trata de 58 virtudes humanas, y la primera es ésta:

1.- PRUDENCIA

Hábito de evaluar lo intrínsecamente bondadoso o maléfico de un objetivo, fin o destino, así como también lo bondadoso o maléfico de los medios, trayectos, caminos o estrategias para lograr ese objetivo o llegar a ese destino, y actuar en consecuencia.

Podríamos comparar a la Prudencia con el timón de un barco, es decir, la Prudencia dicta el rumbo y destino de la conducta humana.

Prudente Reglamento de Operaciones Aéreas

A finales de enero de 2009, mi madre había estado en el hospital por más de tres semanas debido a una embolia cerebral, al parecer no muy amplia, cuya recuperación parecía factible a mediano plazo.

Sin embargo, ese viernes parecía estar lo que los médicos llaman “estable”, razón por la cual mi hermano (quien era piloto de aviones para una línea comercial nacional y volaba con la jerarquía de Comandante de Vuelo) estaba ya en el aeropuerto, en la sala de pilotos.

Su vuelo partía a las 17:30 horas. Tres horas antes de la partida, él y el primer oficial habían estado revisando y tomando nota de la información meteorológica y del clima, centros de tráfico aéreo a los que se debía de reportar, faros de navegación aérea; todo esto, en relación a la ruta de navegación, además de leer un informe sobre el mantenimiento del avión que iba a volar.

A punto de abandonar la sala de pilotos, a las 16:45 sonó su celular, era mi hermana, quien le informaba del fallecimiento de nuestra madre unos 10 minutos antes.

Para asimilar la trágica noticia, mi hermano se sentó en un sillón con los ojos llenos de lágrimas; y el primer oficial de vuelo que viajaría con él, preguntó qué pasaba. Al informarle mi hermano de la trágica noticia, salió corriendo a la comandancia de vuelos para dar la información, y en menos de un minuto el despachador en jefe de la aerolínea estaba frente a mi hermano, junto con un Comandante de Vuelo de la reserva.

Después de un muy corto pésame, ordenó a mi hermano pasar la información del vuelo al comandante sustituto, y una vez realizado el traspaso, preguntó a mi hermano si deseaba que un taxi lo llevara al hospital, lo que mi hermano declinó arguyendo que no tenía caso manejar de prisa, pues mamá ya había muerto.

Al llegar mi hermano al hospital y comentar que prácticamente lo habían bajado del avión por reglamento, un pariente comentó que esa actitud de la aerolínea era muy prudente, pues no deben permitir que un piloto con una crisis emocional como ésa maneje un avión de varios millones de dólares, y lo más importante eran las más de 150 personas que irían a bordo.

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