No le calienten la cabeza a Obrador

Veo a muchos enojados con la carta de Obrador a Trump y exigiendo que le contestemos “de igual a igual” y demostrando la “dignidad nacional”. Eso es una estupidez.

No somos “iguales” que Estados Unidos, somos una economía 15 veces más pequeña. Es decir, imaginen que se enfrentan a alguien del tamaño de un edificio de 5 pisos ¿En serio lo atacarían “de tú a tú”? ¿En serio creen que un discurso agresivo les funcionaría?

Por supuesto que no.

En una situación así somos el rival más débil y, por lo tanto, es necesario operar con la humildad de nuestras limitaciones y con la agilidad para darle la vuelta a los ataques.

Esa misma inteligencia la demostró México al negociar los aranceles que había puesto Trump al acero mexicano, y que lograron echar atrás.

En este caso, el ataque de Trump viene acompañado de un plazo de 10 días para negociar (los aranceles aplicarán desde el 10 de junio), y la respuesta de Obrador es la correcta: no le pone más gasolina al fuego.

¡Oye, pero no citó leyes, no dio argumentos solidos!

Por supuesto que no, y no tenía por qué hacerlo ¿En serio creen que, citando un par de argumentos matones, Trump iba a leer la carta, arrepentirse de sus pecados y regalarnos su club de golf?

Los puntos específicos de la carta no importan, lo que importa es la señal, y la señal va para Jared y para los otros contactos con el círculo de Trump que tenía Videgaray y que heredó Ebrard. Esa línea es de cordialidad y de diálogo, como debe ser, pues en un conflicto se necesita al menos una parte ponga la sensatez, especialmente cuando llevamos las de perder.

No tengan duda de que en la verdadera negociación, la que se hace por los canales diplomáticos, ahí sí se plantearán los argumentos necesarios, como sucedió con los aranceles del acero.

Sí, entiendo que no queremos al «Peje», y queremos usar todos los pretextos para pegarle, pero en este caso presionar a Obrador para que asuma la típica bravuconería latinoamericana sería catastrófico para México, incluso más que para Obrador (a él le ayudaría políticamente hacerse el mártir, como lo han hecho tantos otros gobernantes idiotas, de izquierda y derecha).

Seamos sinceros: Seguramente la carta se la escribió Urzúa, Ebrard o alguien del estilo. El instinto natural de Obrador sería el responder una bravuconada al estilo Maduro y gracias a Dios todavía hay gente en su círculo interno que lo puede contener. Flaco favor hacemos los opositores al criticar el tono de la carta, porque al hacerlo a los que fortalecemos son a los Noroñas y a las Polevnskys que quieren un Venezuela 2.0 en México.

Las cosas como son, la relación internacional con Estados Unidos es de las cosas que el gobierno de López Obrador ha hecho bien.

¿Queremos atacar? Ataquemos todo lo que se ha hecho mal: el aeropuerto, los recortes a lo tonto, las mañaneras, la falta de medicinas, la crisis de la gasolina, el pésimo manejo de la política energética…

Que no nos gane la bilis. No nos volvamos chairos.
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Gerardo Garibay Camarena

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