La «babelización intelectual»: desafío de la relevancia
Distinguir entre lo relevante y lo irrelevante es una muestra de madurez intelectual. Consiste en saber diferenciar lo accesorio de lo esencial. La distinción orienta el debate público hacia lo verdaderamente importante que merece discutirse abiertamente en orden al bienestar de la nación, de la sociedad y de la persona.
Con frecuencia los medios de comunicación masiva vuelven irrelevante lo esencial, porque se presenta la información en retazos y según lo políticamente correcto. Es mejor quedar bien ante el poder que ante la opinión del público.
Todos los seres humanos queremos naturalmente saber la verdad. Las “lagunas de información” despiertan la sensación de carencia de verdad en la opinión pública, porque apuntan hacia lo accesorio e irrelevante como si fuera lo más significativo y urgente.
Por no encarar el desafío de la relevancia, los actores de la comunicacion han logrado la “babelización intelectual” de una gran parte de la sociedad. Prácticamente no se comunican certezas. En el constructo social contemporáneo la verdad carece de buena prensa. Se presenta como lo único valioso el pluralismo en la manera de pensar, y se arrincona la seguridad de conocer la realidad tal cual es.
Ante las patologías comunicativas del siglo XXI, me atrevo a sugerir algunas ideas retadoras –una serie de consejos– para los actores del drama que vivimos dia a dia.
Las siguientes reflexiones trascienden lo estrictamente comunicativo porque intentan abrir paso a la verdad, y en pocas palabras son:
A los políticos profesionales: sus omisiones y desaciertos producen efectos negativos en las vidas reales de las personas. Si desean ser prudentes no derramen cántaros de estiércol sobre la oposición. Si pretenden seriedad profesional sean fiables en sus hechos y palabras. Admitan que no siempre poseen la certeza de que que algo funcionará. No son infalibles. Traten a la Opinión Pública en sentido adulto.
A los periodistas: rechacen la tiranía del relativismo porque no todo depende de su punto de vista. Existe la verdad, pero se escapa en cuanto se debilita la mirada. Excluyan el perspectivismo que siembra sesgos incluso en los mejores comunicadores. Se puede ser realista crítico porque la realidad es lo que es, los hechos son los hechos. Nunca es cómodo justificar principios.
Al público: me refiero a los personas fuera de su ámbito privado que se reúnen con otros para platicar y analizar. La “babelización intelectual” vuelve trivial la importancia de participar en la vida pública. La gran mayoría civil está renunciando a la cooperación, e incluso desdeña informarse ante la abundancia de “fake news”.
No permitan que los más sectarios invadan los medios. Es necesario informarnos para decidir correctamente, porque la desinformación aniquila toda decisión. Hay que enseñar a nuestros hijos a entender el lenguaje público desde el marketing político al periodismo, las redes sociales y la publicidad. Aprender retórica es de gran ayuda para no dejarse engañar.
…….
@NuevaVisionInfo
redaccion@diarionuevavision.com
Rubén Elizondo Sánchez