Una sombra cubre a México
Nunca tantos debieron su muerte a tan pocos.
La Dirección General de Población de Oaxaca (DIGEPO) publicó una radiografía demográfica del estado elaborada en 2017. En el estudio se informa que el total de la población oaxaqueña es de 3 millones 967 mil personas, de las cuales el 65% se considera indígena, es decir, alrededor de 2 millones 578 mil habitantes. Lo que significa que 6 de cada 10 oaxaqueños pertenecen a algún grupo étnico. Es el estado con mayor población indígena y ocupa el primer lugar nacional de embarazo adolescente.
En el apartado Etnicidad se notifica que 1 millón 205 mil habitantes hablan alguna lengua indígena, cifra que representa el 30% de la población de la entidad.
En Oaxaca conviven 16 grupos etnolinguísticos, a saber: chinanteco, huave, zapoteco, chocho, mixteco, chontal, náhuatl, amuzgos, ixcateco, zoque, chatino, mazateco, mixe, cuicateco, triqui y el popoloca en vías de extinción.
Toda la riqueza cultural que aportan los pueblos indígenas corre el riesgo de desaparecer en pocas décadas gracias a la legalización del aborto en la entidad. De acuerdo a la nueva legislación, se despenalizó el asesinato de inocentes o “interrupción legal del embarazo” hasta las 12 semanas.
La posibilidad de la autoextinción de las etnias se vuelve ahora mucho más viable que en sexenios anteriores. Los legisladores del Congreso de Oaxaca regalaron un nuevo modelo de generosidad para despoblar a su propio estado y eliminar a las ya de por si vulnerables etnias mexicanas. Sólo 24 votos decidieron que es legal la muerte de miles de inocentes.
Tal vez asistimos a un genocidio disfrazado de legalidad y solidaridad. Los argumentos son los de siempre, y provienen de la ONU: “La mujer decide sobre su propio cuerpo”, “No se obliga a ninguna mujer a practicar su aborto”, “Libertad absoluta para la mujer”.
En realidad la mujer siempre decide sobre su propio cuerpo, pero no sobre el cuerpo que lleva en el seno materno, cuerpo distinto al de ella.
Es loable que no se obligue a practicar el aborto, pero se invita a realizarlo de forma legal. Pero es lo mismo que afirmar: “No estoy de acuerdo con asesinar a un no nacido, pero respeto la libertad de los que asesinan a los no nacidos”. Para ser más claro: “No estoy de acuerdo en engañar a los demás, pero admiro a los que eligen engañar a los demás”.
Festejaron una decisión histórica ¡Ya es legal matar inocentes. Matar a los más débiles! El hombre contra el hombre.
¿Se puede considerar una aportación invaluable de la autollamada 4a transformación? Ante semejante desatino, en el fondo se reafirma la intención de discriminar legalmente a los más vulnerables por motivos étnicos, al tiempo que se da la bienvenida al racismo dirigido contra los indígenas para evitar nuevas generaciones. ¿Qué opina el Instituto Nacional Indigenista? Las etnias no son grupos antisociales.
La vida humana comienza en el momento de la concepción. Así lo afirman los científicos. Para que fuera lícito abortar, los legisladores deberían estar probadamente seguros de que no existe vida humana desde el primer momento de la fecundación. Si hay dudas, es mejor no actuar, ya que cometerían homicidio imprudencial.
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Rubén Elizondo Sánchez