Los factores del 2020 (I) – Morena: el 2021 o el naufragio

Morena, el principal instrumento del Presidente Andrés Manuel López Obrador y su grupo para permanecer en el poder, se puede convertir en el principal factor de descomposición para perder el poder.

O refrendan en 2021 o naufragan en el intento.

La complejidad de intereses –reflejo de los variados y disímbolos grupos actuantes en su interior– mantiene estancado el proceso formal de convertir el Movimiento de Regeneración Nacional en un partido político, y de no solucionarlo a tiempo, tendría repercusiones en conservar la mayoría del Congreso federal en el 2021 y en algunos congresos locales.

Su futuro está amarrado al éxito del gobierno de López Obrador y los augurios tampoco son prometedores.

El complejo panorama económico para 2020 y la tendencia al fracaso en combatir la violencia y la inseguridad dejan sin banderas al partido en el poder. Hasta ahora, Morena no sólo no ha servido para dirimir las diferencias entre las facciones y grupos que soportaron la llegada de López Obrador al poder en 2018; por el contrario, las ha potencializado y podría naufragar en ese mar de diferencias y ambiciones de personajes y grupos.

La formalidad y los riesgos

Formalizar al movimiento como un partido –con normatividad, procedimientos y procesos democráticos –y la dependencia de López Obrador son los dos factores que determinarán este año el futuro de Morena.

Fue un proyecto finamente labrado desde 2006 por López Obrador y un grupo de afines quienes lo acompañaron en la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, al cual dotaron de ideología, agenda, activistas, presupuesto y organicidad el cual formalizaron como partido en 2014 como Movimiento de Regeneración Nacional.

Para consolidar su proyecto debieron firmar pactos y alianzas con factores del viejo régimen priísta como varias secciones magisteriales bajo control de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación; con grupos armados como el de José Manuel Mireles y Nestora Salgado; organizaciones campesinas y personajes de ese viejo régimen.Uno de esos personajes fue Citlali Ibañez Camacho (Yeidckol Polevnsky) a quien López Obrador dejó como presidenta interina de Morena, tras ser postulado candidato presidencial. Ella misma admitió públicamente su cambio de nombre en un afán de desligarse de su origen de la familia Ávila Camacho.

El estilo personal autoritario y su arrastre popular permitieron a López Obrador manejar a Morena como un receptor de toda clase de inconformidades y armar un gran frente con el que pudo soportar su triunfo en 2018.

Pero ahora las pugnas de esos grupos al interior de Morena impiden su transformación como partido y las apuestas se elevan en la medida en que se acercan las definiciones para el proceso electoral federal intermedio de 2021.

Yeidckol Polevnsky ha usado todos los recursos legales para posponer la renovación de la dirigencia nacional y de todas las dirigencias estatales de Morena, lo cual debió suceder el 20 de noviembre de 2019.

Además, se ha aliado con Cuauhtémoc Cárdenas con quien promovió la creación del Grupo Puebla en donde aglutinan a una serie de personajes liberales y de la izquierda latinoamericana y quienes han convocado a una cruzada en contra de una supuesta embestida de la ultraderecha en contra de López Obrador.

Ello le ha costado descalificaciones de sus compañeros de partido y la exhibición de haber sido beneficiaria del gobierno del priista Enrique Peña Nieto quien le condonó el pago de 16 millones de pesos de impuestos.

Con el viento en contra mantuvo la candidatura de Miguel Barbosa a la gubernatura de Puebla y posicionó el primer triunfo de Morena sin la figura de López Obrador en las boletas electorales.

Del otro lado está un grupo muy cercano a López Obrador con Bertha Luján, Martí Batrés y Héctor DíazPolanco quienes,aliados con Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Mario Delgado buscan arrebatar el control de Polevnsky.

La razón por la cual no se han renovado las dirigencias nacional y estatales de Morena es por el padrón de militantes.

El futuro en juego

Inicialmente el acuerdo al interior del partido era renovar las dirigencias el 20 de noviembre, para lo cual se realizaron elecciones distritales, algunas de las cuales terminaron a balazos, como en Jalisco. Ese proceso evidenció anomalías en el padrón de militantes de Morena.

Ante las impugnaciones por ese proceso, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) resolvieron el 30 de octubre dejar sin efectos el padrón de Morena, el cual está actualizado al 20 de noviembre de 2017, anularon la convocatoria de renovación de las dirigencias y todos los actos derivados de la misma.

El grupo de Bertha Luján, actual presidenta del Consejo Nacional de Morena, convocó en días pasados a la sesión del VI Congreso Nacional Extraordinario para el 26 de enero de 2020 en el que se definirá dirigencia nacional y el método de elección.

Pero Yeidckol Polevnsky reviró y aseguró que legalmente la renovación de la dirigencia nacional de Morena se realizará hasta diciembre de 2020.

Morena firmó con el INE un convenio para utilizar la aplicación de ese instituto para iniciar en enero la actualización de su padrón de militantes, como lo ordenó el Trife.

Ese proceso inicial podría tardar tres meses; posteriormente el INE tendría que validar ese registro y autorizar la credencialización de quienes queden formalmente inscritos en el padrón de Morena y hasta entonces podría iniciar el proceso de renovación de las dirigencias nacional y estatales del partido.

Si ese proceso se cumple, Polevnsky será formalmente la dirigente nacional de Morena y tocará a ella y sus aliados definir las candidaturas federales y locales de 2021.

Además de la renovación de los 500 diputados federales y del Senado de la República, estarán en juego 15 gubernaturas; diputados locales en 27 entidades y se renovarán ayuntamientos en 28 entidades.

Sólo en dos entidades no habrá procesos electorales: estado de México y Durango.

¿Dónde están los padrones de los afiliados a Morena y cómo se les podrá reafiliar?

Están en la oficina de Gabriel García Hernández, coordinador de los delegados estatales federales y responsable de la aplicación de los programas sociales en los estados.

Es decir, están en poder del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y a través de sus programas clientelaresJóvenes Construyendo el Futuro; Sembrando Vida; Pensiones a los adultos mayores, etcétera buscará mantener ese control en 2020 aliado con Bertha Luján, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
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Mochila Política 98
Año 3, Diciembre 30, 2019

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