A cuarenta años del libro “El ogro filantrópico” de Octavio Paz

En estos tiempos en que están retornando los regímenes populistas, demagógicos y totalitarios, en los que gobierna un líder máximo y en el que cada ciudadano no es más que un pequeño engranaje de la inmensa maquinaria anónima, desprovista de personalidad y representatividad, viene bien recordar dos libros clave a este respecto: “1984”, del escritor inglés George Orwell, y «El ogro filantrópico», de Octavio Paz.

George Orwel estuvo en la Guerra Civil Española (1936-1939) de lado del bando comunista o republicano,  pero al darse cuenta de que todo era una farsa de los soviéticos para convertir a España en un país marxista-leninista, decidió regresarse a la Gran Bretaña a redactar esta novela magistral.

Una suerte parecida recorrió Octavio Paz. De joven, abrazó con entusiasmo la causa comunista como muchos intelectuales de Occidente, combatiendo también del lado de los republicanos. Pero cuando José Stalin, a quien tanto admiraba, decidió repartirse Polonia con Adolfo Hitler, se sintió profundamente decepcionado y rompió radicalmente con el marxismo.

Su postura tan determinante le valió el repudio de la mayoría de los intelectuales mexicanos. No hay que olvidar que existía –por esos años– un verdadero sectarismo por captar a nuevas personas y convencerlas que se hicieran comunistas. Y quien decidía abandonar esta doctrina era boicoteado de las cátedras universitarias, de las editoriales para publicar sus libros, de recibir galardones y reconocimientos. Octavio Paz padeció la amargura de la indiferencia y las acerbas críticas de sus colegas.

En 1979, quien sería el Premio Nobel de Literatura en 1990, Octavio Paz, sacó a la luz un libro con un título retador y atrevido que despertó una gran polémica, publicado en México por la editorial Joaquín Mortiz, y luego por el Fondo de Cultura Económica.

La tesis sigue siendo válida para nuestro tiempo: un Estado que pretende controlar la política, la educación, la economía, los medios de comunicación, la producción agrícola, la vida empresarial, es muy difícil que no pueda ceder ante esa “tentación totalitaria” y acabe por asfixiar la libertad individual y la iniciativa de los particulares.

En estas circunstancias, el Estado pasa a convertirse en ese ser “grotesco”, en ese “ogro” que describe Octavio Paz, un Estado que supuestamente quiere hacer el bien, pero como no sabe delegar ni reconocer que los ciudadanos también pueden realizar muchas otras empresas valiosas, en plan solidario, con creatividad e ingenio, acaba por entorpecer y monopolizarlo todo, sobreviniendo una gran parálisis en su funcionamiento como ocurrió, en su tiempo, con la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Tanto “1984” de George Orwell como “El Ogro Filantrópico” de Octavio Paz me parece que son dos lecturas indispensables que resultan clave para comprender los fenómenos económicos y sociopolíticos que vivimos en nuestra época.
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Raúl Espinoza Aguilera

2 comentarios en «A cuarenta años del libro “El ogro filantrópico” de Octavio Paz»

  • el 17 octubre, 2019 a las 1:28 pm
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    Cuando el «Estado» no tiene identidad, pasa a un estado de incomodidad por su ineptitud e ineficacia. El gobernante -no es el Estado – , tiene que observar el estado del Estado – que es un todo- entender y comprender la situación demográfica, económica, social, cultural, humana, religiosa y respetar, adecuando todo esto en lo posible para hacer un Estado de gente (personas) valiosa, inteligente y con sentido trascendental. Un artículo que hace pensar para esforzarse en ser, lo que debe ser.

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