Compartir, ¿misión imposible para nuestros hijos?
Es un tema muy controvertido ya que la sociedad nos invita a ser egoístas e interesarnos solo por nuestros problemas, a tratar de solucionar sólo nuestros problemas y a avanzar sin que nos importe a quien nos llevamos en el trayecto.
Pero la verdad es que es muy necesario educar a nuestros hijos en el compartir y que los enseñemos a trabajar en equipo.
Por eso aquí te dejo mis 5Tips para que a nuestros hijos no les cueste trabajo compartir.
PRIMERO. Que reconozcan que todo lo que tenemos es don de Dios
Esto depende de nosotros ya que debemos dejar claro a nuestros hijos que Dios nos ama mucho y que nos regala todo lo que tenemos sin merecerlo.
También es bueno enseñarles a ser agradecidos con Dios por tantos regalos, de esta forma evitaremos que sean egoístas y que sientan que lo que tienen es suyo y por eso pueden disponer a su gusto de todo.
Y cómo es un don de Dios, nada nos pertenece, así que sólo somos administradores de los bienes materiales y depositarios de los bienes espirituales.
SEGUNDO. Que sepan qué hay que poner todo al servicio de los demás
Cuando Dios nos da algo es para ponerlo al servicio de la comunidad, así que nuestra primera comunidad es nuestra familia, es por esto que debemos enseñar a nuestros hijos a compartir de manera especial con cada miembro de la familia.
Si logramos que nuestros hijos sean generosos y sepan compartir con los demás, estamos ayudándolos a que sepan trabajar en equipo.
Si logramos concientizarlos de que es mejor dar que recibir será más fácil que aprendan a compartir.
TERCERO. Por lo menos una vez al año hay que hacer un donativo de ropa y juguetes
Una buena forma de hacerlos caritativos es compartir lo que tenemos con los demás.
Nuestros hijos crecen y podemos enseñarles a cuidar la ropa, los zapatos, los juguetes, los libros y cualquier cosa para que después pueda ser usada por alguien más.
Nosotros desde pequeños acostumbramos hacer una vez al año limpieza de closet y revisar la ropa que ya no les queda para donarla a una casa hogar.
Esto es muy edificante porque nuestros hijos se dan cuenta de que lo que a ellos ya no les sirve, ya no les queda o ya no les gusta para otros es la solución a una necesidad y los puede hacer felices.
Seguro que al principio les costará trabajo desprenderse de sus cosas, pero conforme pasa el tiempo será más fácil y después hasta lo harán en automático.
Después de algunos años, mis hijos ya me decían “mamá esto ya no me queda, es para donarlo a los niños que lo necesitan”. Esto es bellísimo porque ya tenían claro que todo puede servir para hacer feliz a alguien más.
CUARTO. Que vean que nosotros también compartimos con los demás
Cómo en todo, se educa con el ejemplo y es genial que nuestros hijos vean que nosotros compartimos lo que tenemos con los más necesitados.
Y es importante que se den cuenta que no solo compartimos lo que nos sobra sino que compartimos lo que tenemos, a pesar de que esto nos implique apretarnos un poco el cinturón y ahorrar.
El que da lo que le sobra ¿que mérito hace?
Y QUINTO. Ofrezcan todo a Dios
Si queremos darle un sentido más espiritual y profundo al compartir, podemos hacerlo educando a nuestros hijos para que ofrezcan todo lo que hacen y lo que tiene a Dios, para que sea bueno con los que más lo necesitan.
La sociedad actual nos invita al egoísmo y ofrecer todo a Dios nos ennoblece y nos permite colaborar con el plan de Dios.
Cuando nuestros hijos se acostumbran a ofrecer todo a Dios se vuelven agradecidos de forma natural y se vuelven generosos porque saben que al ofrecer y compartir están colaborando con Dios para salvar a muchas almas y para hacerle la vida menos pesada a algunas personas.
Al final de cuentas, donde está nuestro corazón, esta nuestro tesoro ¿donde lo quieres tener tu, en el mundo o en la vida eterna?
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Silvia del Valle Márquez