De los ocho espíritus malvados / La tristeza (II)
Proporciono diversas noticias obtenidas en distintas frecuencias de comunicación radiofónica durante la semana pasada. Son referencias y testimonios del acontecer nacional.
“Hoy se cuestiona si nos vamos por el mismo sistema o por una alternativa socialista comunista. Sería lo mismo que ir a otro gobierno peor que el régimen en el que ya vivimos”. “Las dos administraciones anteriores nos legaron un país masacrado y tan lacerado que se puede hablar de más de quinientas mil personas muertas. México es un camposanto”.
“La suma de muertos y raterías es indefinida. Las autoridades se dedicaron a maquillar cifras. Y no cuentan los números de quienes están en fosas aún ocultas. Nos tratan como números, no como personas”.
“Estás en la depre o enojado? No es para menos. Los impuestos son altos y
soportamos servicios malos. Estamos cansados, molestos, iracundos, irritados, intranquilos, agotados, tensos y confrontados”.
“No sabemos como salir adelante. Tantos años de corrupción e incapacidad se reflejan en el desabasto de medicamentos. Trece asesinatos en Minatitlán. Padecemos las migraciones de Centroamérica. El alcalde y la policía nacional no dan una. En Veracruz se acumulan ya veintiséis feminicidios en el presente año, labor del machismo asesino y la violencia descomunal”.
“La información nos está llevando a un vendaval de tristezas. No logramos
decidir que hacer ante esta nueva dinámica social que nos envuelve día y noche. ¿Será una solución vivir bien armados?”
“Todo se va acumulando y presionando. Como que todo es negativo y no nos damos cuenta. Este es nuestro mundo real. ¿Para donde volteamos?, todo anda mal”.
No me sorprende la presencia activa de éste espíritu malvado. Se creía que el abandono de las verdades objetivas iba a inmunizarnos contra la intolerancia y la crispación. Pero la “apertura” de mente parece estar aumentando la polarización y la tristeza endémica, mucho más que los antagonismos de ideas.
Escribió Póntico: “La tristeza, en cambio, mientras es generada, provoca
largos dolores y sobreviviendo, después del esfuerzo, no trae sufrimientos menores”.
El espíritu malvado de tristeza se encuentra presente en la sociedad. El estudio de la tristeza pretende saber por saber y también saber para prevenir, educar y reencauzar el sentido de la vida por senderos más racionales y emotivos en su justa dimensión.
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Rubén Elizondo Sánchez