¿Debería la Fed imprimir más dinero cuando aumenta la “demanda de dinero”?
Frank Shostak»
Cortesía de la Biblioteca Ludwig von Mises»
Para la mayoría de economistas y comentaristas el principal papel de la Fed es mantener en equilibrio la oferta y la demanda de dinero. Siempre que se produce un aumento en la demanda de dinero (para mantener el estado de equilibrio) se dice que la Fed debe aumentar la oferta monetaria como una acción necesaria para mantener la economía en una vía de estabilidad económica y de precios.
El ajuste del aumento en la demanda de dinero no se considera como impresión de dinero y por tanto no se considera dañino para la economía. Es decir, este tipo de aumento, se dice, no pone en marcha el ciclo de auge-declive mientras la tasa de crecimiento la oferta monetaria no exceda la tasa de crecimiento en la demanda de dinero.
Advirtamos que, para este modo de pensar, como la tasa de crecimiento en la demanda de dinero se ve compensada por la tasa de crecimiento de la oferta de dinero no hay ningún aumento efectivo en la oferta de dinero. Desde esta perspectiva, nos inflige ningún daño a la economía.
Por qué ajustar la demanda de dinero es siempre dañino
¿Qué queremos decir con demanda de dinero? Además, ¿en qué difiere de esta demanda de la demanda de bienes y servicios?
La demanda de un bien no refleja la demanda de un bien concreto como tal, sino la demanda de los servicios que ofrece dicho bien. Por ejemplo, una persona demanda comida porque proporciona los elementos necesarios para mantener su vida y su salud. Aquí demanda significa que la gente quiere consumir la comida para conseguir los elementos necesarios para mantener su vida y su salud.
La demanda de dinero aparece debido a los servicios que proporciona el dinero. Sin embargo, en lugar de consumir dinero la gente demanda dinero para intercambiar lo por bienes y servicios.
Con la ayuda del dinero, diversos bienes se convierten en más comercializables: pueden hacer que consigamos más bienes que en la economía de trueque. Lo que permite esto es el hecho de que el dinero es la mercancía más comercializable.
Un aumento la demanda general del dinero, digamos debido a un aumento general en la producción de bienes, no implica que las personas guarden el dinero y no hagan nada con él.
La razón clave por la que una persona demanda dinero es para ser capaz de intercambiar dicho dinero por otros bienes y servicios. Así que, en este sentido, un aumento en la oferta de dinero no va a verse neutralizada por un aumento correspondiente en la demanda de dinero, como pasaría con diversos bienes.
Un aumento en la oferta de manzanas se ve neutralizado por el aumento en la demanda de manzanas, es decir, la gente quiere consumir más manzanas. Por ejemplo, la oferta de manzanas, que ha aumentado en un 5%, se ve absorbida por el aumento en la demanda de manzanas en un 5%. Sin embargo, no puede decirse lo mismo con respecto al aumento de la oferta de dinero, que ha tenido lugar en respuesta al mismo aumento en la demanda de dinero.
El dinero no es como los demás bienes
Hemos visto o que, contrariamente a otros bienes, un aumento en la demanda de dinero implica un aumento en el empleo del dinero para facilitar las transacciones. Esto significa que un aumento en la demanda de dinero en un 5% no va a neutralizar un aumento en la oferta de dinero del 5%. El aumento en la demanda en un 5% implica que la demanda de los servicios del dinero por parte de la gente ha aumentado en un 5%.
Un aumento en la oferta de dinero en respuesta a un aumento en la demanda de dinero no implica que su efecto sobre la economía sea neutral. Consecuentemente, cualquier aumento en la oferta de dinero “de la nada” va a poner en marcha todo lo negativo que produce un aumento en el dinero creado “de la nada”.
Siempre hay dinero suficiente
Repito, independientemente de si la demanda total de dinero está aumentando o disminuyendo, lo que importa es que las personas usan dinero en sus transacciones.
Una vez el mercado ha elegido una mercancía determinada como dinero, las existencias concretas de esta mercancía siempre serán suficientes para proveer los servicios que proporciona el dinero. Por tanto, es inútil ajustar el aumento en la demanda de dinero mediante el aumento en la oferta. Un aumento en la demanda de dinero no requiere un aumento en la oferta, como pasa con respecto a otros bienes.
Según Mises:
Como el funcionamiento el mercado tiende a determinar el estado final del poder adquisitivo del dinero en un punto en el que coinciden la oferta y la demanda, nunca puede haber un exceso o defecto de dinero. Cada persona y todas las personas juntas disfrutan siempre de todas las ventajas que pueden derivar del intercambio indirecto y el uso del dinero, sin que importe si la cantidad total de dinero es grande o pequeña. (…) los servicios que presta el dinero no pueden ser mejorados ni reparados cambiando la oferta de dinero. (…) La cantidad dinero disponible en toda la economía es siempre suficiente para hacer que todos consigan todo lo que hace y puede hacer el dinero.[1]
Conclusión
Se sostiene que, si la Fed ajusta un aumento en la demanda de dinero, este ajuste no debería considerarse un aumento en la oferta de dinero como tal. Pero, en la práctica, este ajuste, como cualquier otro ajuste que realice la Fed, genera un aumento en la oferta monetaria a partir “de la nada”. En igualdad de condiciones, esto lleva un intercambio de nada por algo que pone en marcha la amenaza del ciclo del auge-declive.
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Notas:
[1] Ludwig von Mises, Human Action, 3ª ed. rev. (Chicago: Contemporary Books, 1966), p.421. [La acción humana]
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