Dejen de usar los suicidios para impulsar un mayor gobierno
Ryan McMaken
«Cortesía de la Biblioteca Ludwig von Mises»
Los suicidios son un problema creciente en Estados Unidos. En un nuevo informe publicado este mes por el Center for Disease Control (CDC), el CDC concluía que los suicidios han aumentado en más de un 25% entre 1999 y 2016.
Por desgracia, hay muy poco contexto ofrecido por la mayoría de los artículos en los medios. La mayoría se centran sólo en los pocos datos mencionados en la nota de prensa del CDC. El titular acerca del crecimiento del 25% nos dice poco acerca de si la tasa actual es alta o baja bajo estándares históricos.
Pero parece haber una tendencia común en la cobertura de los medios: a pesar de esta enorme falta de contexto, los artículos en los medios tienden a saltar inmediatamente a buscar soluciones en la política pública para la tasa creciente de suicidios.
Por ejemplo, Los Angeles Times preguntaba a un médico de Virginia cuál podría ser la causa del problema, ¿Su respuesta? Falta de “asistencia económica”. En otras palabras, el problema es que hay poco gasto social. Por su parte, la National Public Radio decidía que un mayor control de armas podría ayudar: “El suicidio estadounidense es predominantemente un problema de armas de fuego”, citaba la NPR de un psicólogo. ¿El problema? Demasiado poco control de armas de fuego.
Otros intentos de politizar el problema incluyen éste de hacer del suicidio algo que está afectando a las mujeres más que a los hombres. Este artículo en Health.com señala que las tasas de suicidios han estado aumentando más rápidamente para las mujeres que para los hombres en los últimos 15 años. (Por supuesto, no importa que la tasa de suicidios para los hombres sea cuatro veces la tasa de suicidio para las mujeres). ¿Pero cuál podría ser la causa de este aumento del porcentaje entre mujeres? Según el artículo: “se les paga menos que a los hombres”.
Así que, esencialmente, sea cual sea su tema favorito, ésa debe ser la solución a cualquier problema de suicidios que podamos tener.
Contexto histórico
Para medir la magnitud de este aumento del 25% en los suicidios desde 1999, tenemos que ver los suicidios estadounidenses a lo largo de un periodo prolongado. Observando los suicidios desde 1960, encontramos que se ve así:[1]
Así que es verdad que la tasa de suicidios ha aumentado en más de un 25% desde 1999. Pero también podemos decir que la tasa de suicidio ha disminuido un 7% desde 1977. O podríamos decir que la tasa de suicidios en Estados Unidos está ahora a un nivel que era bastante típico durante las décadas de 1960, 1970 y buena parte de la de 1980.
Es verdad que esto no es algo que haya que celebrar. Queremos ver las tasas de suicidio disminuir a lo largo del tiempo. Pero si vamos a crear teorías acerca de por qué está disminuyendo la tasa de suicidios, ¿el hecho de que a las mujeres se les pague menos que a los hombres (supuestamente por el mismo trabajo, lo que ni siquiera es verdad) no debería ser algo nuevo?
Está claro que el panorama incompleto pintado por el último frenesí de artículos sobre el asunto no nos cuenta mucho.
Además, si observamos las tasas de suicidio internacionalmente, descubrimos que Estados Unidos es bastante poco notable. Así que si tenemos que creer que la supuesta falta de financiación del Estado de bienestar estadounidense puede ser la causa, o si la presencia de armas de fuego es la causa, va a hacer falta manejar los números para hacer que Estados Unidos parezca un caso de excepción.[2]
Además, un tema constante en la cobertura de los medios es que el estancamiento económico o las desventuras económicas son probables culpables de causar suicidios. Después de todo, muchos países con niveles de vida muchísimo más bajo que Estados Unidos tienen menores de tasas de suicido que Estados Unidos, incluyendo México, Perú, Chile, Colombia, Portugal y Grecia. Y en un informe publicado el año pasado, la ONU concluía que Europa es la región con la mayor tasa de suicidios del mundo. Por el contrario, la tasa regional más baja se encuentra en el “Mediterráneo oriental”, región que incluye lugares como Palestina y Siria.[3]
Por supuesto, sobre el problema de las armas de fuego, un gran número de países con leyes de control de armas mucho más estrictas que las de Estados Unidos tienen tasas de suicidios considerablemente altas (como Japón o Corea). Y en lo que se refiere a suicidios de adolescentes, Estados Unidos tiene todavía menos suicidios, comparativamente, que suicidios en general.
Sin embargo, es significativo que la abrumadora mayoría de las coberturas de los medios sobre el asunto, las supuestas soluciones para el problema (un problema cuya excepcionalidad histórica se está exagerando) se supone que es principalmente un asunto de políticas públicas.
La explicación parece ser ésta: ¿Tienes algunos suicidios? Aprueba una ley, aumenta algo el gasto público o prohíbe algunas armas de fuego. Ignora los costos financieros y de oportunidad. ¡Seguro que eso resuelve el problema!
Esto se debe en parte a que se ajusta a la visión del mundo de lo que tanto el periodista como el “experto” citado creen a menudo.
Pero consideren qué pasaría si el rango de opiniones aceptables sobre esos asuntos fuera más amplio.
En un artículo de 2016 publicado por el Journals of the American Medical Association, los investigadores concluían que la asistencia a la iglesia entre mujeres es probable que disminuya significativamente las posibilidades de cometer suicidio. Como indicaba en ese momento Los Angeles Times:
Comparadas con mujeres que nunca participan en servicios religiosos, las mujeres que asisten a algún servicio religioso una vez a la semana o más, es cinco veces menos probable que cometan suicidio.
Pero es difícil imaginar a muchos médicos expertos diciendo a la CNN que la gente tendría que aumentar su devoción religiosa como estrategia para evitar los suicidios.
Por el contrario, la solución es normalmente “aprueba la ley X”.
Otros factores posibles no tienen nada que ver tampoco con políticas públicas. Por ejemplo, la gente que se muda a una nueva casa frecuentemente ha mostrado desde hace tiempo una gran tendencia hacia el suicidio y “muchos estudios a nivel macro han observado una relación entre tasas agregadas de movilidad geográfica y suicidios”.
Y, como señala el Washington Post:
[Los investigadores en un estudio danés] se centraron en varios resultados negativos, incluyendo intentos de suicidio, criminalidad, desórdenes psiquiátricos, abuso de drogas y mortalidad no natural. Mudarse durante la infancia estaba ligado a una mayor incidencia en todos estos resultados negativos posteriormente en la vida. Mudarse varias veces en un mismo año hacía los daños a largo plazo todavía más probables.
Si alguien trata de indicar algún problema concreto en la sociedad estadounidense relacionado con el suicidio, éste es tan culpable como cualquier otro: Estados Unidos tiene una tasa de movilidad residencial notablemente alta. Por el contrario, países en los que la gente raramente se muda, como España e Italia, tienen tasas de suicidio notablemente bajas.
Esto también puede verse en las diferencias regionales de suicidios en Estados Unidos. Después de todo, el suicidio es un problema especialmente grande en la región occidental de Estados Unidos.
Consideremos este mapa:
Y luego consideremos éste otro:
Puede ser coincidencia, pero también puede ser que las áreas con las poblaciones con menos raíces y más móviles creen condiciones que lleven a tasas de suicidio más altas.
Sin embargo, nadie está considerando leyes que desanimen a la gente a mudarse de un estado a otro. Simplemente se acepta que, aunque la investigación sugiera que las mudanzas aumentan el riesgo de suicidio en muchos casos, es una decisión que es mejor dejar a las personas.
Pero, en lo que se refiere al control de armas de fuego o al mayor gasto público o a aprobar alguna nueva regulación pública, ya conocemos la “solución”.
Por otro lado, como ha demostrado Mark Thornton, podríamos hacer algún bien derogando leyes que llevan haciendo daño desde hace mucho tiempo. Dado el daño que han producido las prohibiciones públicas con respecto al abuso de drogas (él mismo acusado de causa de suicidios), dejar a la gente en paz para que tome sus propias decisiones sobre su salud podría hacer mucho bien. Pero no esperén que la CNN mencione eso.
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Notas:
[1] Fuentes: https://data.oecd.org/healthstat/suicide-rates.htm; https://www.nimh.nih.gov/health/statistics/suicide.shtml; https://www.cdc.gov/nchs/data/nvsr/nvsr66/nvsr66_06.pdf.
[2] https://data.oecd.org/healthstat/suicide.
[3] Adviertan también que los estadounidenses nacidos en el extranjero (que tienden a tener rentas más bajas que los estadounidenses nacidos en territorio americano) tienen tasas de suicidio más bajas que los nacidos aquí, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3733100/.
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El artículo original se encuentra aquí.
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