El valor de las virtudes humanas. El Ahorro
13.- Ahorro
Es el hábito de sacrificarse al restringir los apetitos por cosas pequeñas y guardar parte de los ingresos, con la finalidad de reunir poco a poco una cantidad de riqueza tal que permita a la persona adquirir bienes o servicios mayores a los que podría adquirir con sus ingresos regulares.
Virtud muy apreciada por la sociedad en general y podríamos decir que es el fruto de la TEMPLANZA y todas sus hermanas; además, al sacrificar el consumo de bienes y servicios pequeños por adquirir un bien mayor después de un tiempo de ahorro, es una conducta que fortalece el espíritu.
Antes de pasar al relato que ejemplifica esta virtud, quisiera, mi estimado lector, que me acompañaras en la siguiente disertación:
Los tres pilares del pensamiento humano son el Arte, la Ciencia y la Filosofía y no cabe duda que fueron los griegos quienes llevaron a estas tres disciplinas a un grado tan elevado, que luego fue la base de toda la civilización occidental. Para muestra baste mencionar que los griegos fueron los descubridores de la Proporción Aurea (Arte), el Principio de Arquímedes (Ciencia) y la Lógica de Aristóteles (Filosofía); y esto es sólo una muestra de tantos y tantos griegos que exploraron el pensamiento para bien de las civilizaciones posteriores.
En el siglo VI a.C. vivió un pensador griego llamado Esopo, que es considerado como literato, pero que más bien fue un gran moralista, ya que quiso transmitir la ética a través de pequeños cuentos o fábulas personificados por animales, concluyendo cada historia con una “moraleja” o pequeña moral o pequeña enseñanza de moral. Sí, mi estimado lector, Esopo fue un filósofo moralista que difundió su pensamiento moral con píldoras de conocimiento a través de sus fábulas, y es justo reconocer que las fábulas de Esopo son el primer tratado de virtudes humanas en la historia.
La cigarra* y la hormiga de Esopo
*Cigarra significa grillo, saltamontes, chapulín, etc.
La hormiga durante todo el verano se dedicó a reunir alimento para el largo invierno que se aproximaba; sabía que durante el invierno no habría comida, así que reunía granos de trigo, ramitas de los árboles, y todo lo que pudiera servirle.
En cambio, la cigarra se pasó todo el verano cantando arrimada a los pies de un árbol; cuando veía a la hormiga trabajando, le decía que cómo era posible que estuviese trabajando con semejante calor, por qué mejor no lo dejaba y se sentaba a la sombra con ella para cantar juntas.
La hormiga hizo caso omiso de la invitación de la cigarra y siguió trabajando todo el verano reuniendo provisiones para el invierno.
Y por fin llegó el invierno; la hormiga dejó de trabajar y decidió que ya era hora de meterse a su hormiguero, ya que tenía alimento suficiente para pasar todo el largo invierno sin necesidad de salir a buscarlo con el frio.
En cambio, la cigarra se encontraba sin comida, sin casa, y lo único que tenía era hambre y frio. Así que decidió ir a pedirle a la hormiga.
La hormiga le preguntó a la cigarra: “¿Qué hiciste todo el verano, que no reuniste alimento?” La cigarra le respondió: “Estuve cantando a los pies de un árbol todo el verano”. La hormiga le respondió “Canta entonces en este invierno también”, y le cerró la puerta, dejando afuera a la cigarra que aprendió la lección.
La moraleja de la cigarra y la hormiga nos dice que debemos dividir nuestro tiempo para todo: dedicar un tiempo a divertirnos, otro a trabajar; y como en la vida hay épocas buenas y épocas malas, el ahorro que hagamos en épocas buenas nos servirá para no pasarla mal en épocas malas.
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