Elecciones 2021, una oportunidad para enderezar el barco

Vaya que se nos ha complicado la vida a los mexicanos durante los últimos meses, especialmente a partir de que el fatídico COVID-19 empezó a causar estragos entre la población.

Ciertamente que andaban ya mal las cosas antes de que apareciese la pandemia, pero todo se complicó cuando entró en escena el mortal coronavirus.

Claro está que hubo sectores a quienes les convino. Todos recordamos la primera reacción del presidente Andrés Manuel López Obrador: “Esto nos vino como anillo al dedo”.

Lo cual, en buen romance, significa que el gobierno -a partir de la pandemia- contó con un chivo expiatorio al cual echarle la culpa de todos sus fracasos; aunque lo que realmente ocurrió fue que la infección mundial tan sólo agravó una problemática que iba ya de mal en peor.

Según nos muestran las encuestas, en estos momentos, la popularidad del presidente alcanza un nivel superior al 50%, muy lejano ya de aquel comodísimo 78% que tenía hace más de dos años, cuando asumió el cargo.

Aquí lo que nos hace reflexionar es la actitud cómoda de una gran mayoría de ciudadanos que muestran su inconformidad tan sólo en charlas interminables en las que acaban siempre divagando.

Que conste que no hablamos de aquellas sabrosas pero inútiles charlas de café, porque -debido a la actual situación- cafeterías y restaurantes se han visto obligados a cerrar sus puertas.

Aquí más bien nos referimos a charlas telefónicas o a mensajes enviados por cualquier moderno medio electrónico.

Quejas, quejas y más quejas… sin que se haga algo concreto y efectivo que ayude a mejorar la situación de los mexicanos.

Sin embargo, con motivo de las próximas elecciones del domingo 6 de junio, se nos presenta una oportunidad puesto que será en tal fecha cuando se lleven a cabo las que se conocen ya como las elecciones más grandes de la historia, puesto que nunca antes se habían elegido tantos cargos de elección popular.

Pues bien, en tal fecha -que ya se nos antoja histórica- los mexicanos tenemos una cita con las urnas.

Una cita a la que estamos obligados moralmente a concurrir, puesto que de los resultados de las mismas dependerá el rumbo que habrá de seguir México en los próximos años.

Así pues, no lo olvidemos: Más que limitarnos a criticar por vicio o para sentirnos importantes cuando pontificamos hablando quizás de temas que no entendemos, repetimos, más que criticar por criticar, es necesario actuar y el modo más efectivo es acudiendo a votar el 6 de junio.

Ahora bien, y aquí nos encontramos con elementos inesperados que podrían echar por la borda nuestros planes de apoyar o protestar con nuestro voto.

Si deseamos votar, tendremos que hacerlo con nuestra credencial de elector debidamente actualizada.

Es aquí donde se encuentra el “quid” de la cuestión: ¿Está vigente tu credencial? ¿Has cambiado de domicilio? ¿Es necesario corregir algunos datos? ¿Has extraviado la credencial?

Esto es de suma importancia, puesto que -si por alguna de las circunstancias arriba mencionadas- tu credencial resulta inoperante, todo lo que intentemos será algo tan inútil como echar agua en el mar.

Esa es la explicación por la cual el Instituto Nacional Electoral (INE) ha fijado una fecha límite (10 de febrero) para que pongamos al día la credencial para votar.

Así pues, seamos prácticos y considera que, sin la credencial actualizada, no podrás votar, urge que nos actualicemos.

Ese será el primer paso que habremos de dar si deseamos hacer algo para cambiar la triste situación en la que nos encontramos los mexicanos.

El tiempo se va como agua entre las manos. El 10 de febrero está cada vez más cerca (antes del Día del Amor y la Amistad), razón por la cual URGE que demos ese primer paso necesario para ejercer nuestros derechos ciudadanos.

Si no lo hacemos, después no tendremos autoridad moral para quejarnos…

Así que no lo olvides, amigo lector, el 10 de febrero es la fecha límite para empezar el cambio en México.
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Nemesio Rodríguez Lois