España: Traidores al acecho
El CIS (Centro de investigaciones sociológicas) publicó una encuesta sobre las próximas elecciones de la Comunidad de Madrid, según la cual se produciría un empate entre el bloque de derechas (PP y VOX) y el de izquierdas (PSOE, PODEMOS y otros), al mismo tiempo que CIUDADANOS desaparecería totalmente del escenario madrileño.
Pero, considerando que la credibilidad del CIS deja mucho que desear por ser tan falsa como un billete de veintitrés euros, su veracidad es dudosa, y más bien habrá que interpretarla al revés, o sea: que todo parece indicar que el gran vencedor será precisamente el bloque derechista.
Y nada nos extrañaría puesto que, sociológicamente, tanto los madrileños que viven en la capital como los que habitan en los ayuntamientos de los alrededores suelen tener un perfil marcadamente conservador.
Si acaso los partidos derechistas han perdido posiciones importantes (como fue el caso del Ayuntamiento de Madrid en 2015) esto se debió a una serie de jugarretas electoreras que acabaron sacándose un as de la manga llamado Manuela Carmena quien llegó a la alcaldía de la capital de España sin haber ganado las elecciones.
Ahora bien, a pesar de que la candidata del Partido Popular, Isabel Ayuso, ganase las elecciones lo más probable sería que no obtuviese la necesaria mayoría absoluta para gobernar en solitario y eliminar definitivamente a PODEMOS. Necesitaría aliarse con aquella fuerza ideológica con la cual tenga más afinidad, o sea con VOX, cuya candidata es Rocío Monasterio. En ese caso, si unen sus fuerzas PP y VOX, lograrían una cómoda ventaja que les permitiría gobernar sin problemas.
Eso sería lo más lógico y lo que casi todos esperan, a menos que tropiecen con alguna piedra en el camino… una piedra que responde al nombre de Pablo Casado, el presidente del Partido Popular, un político conservador en apariencia pero que, en la práctica, pudiera hacerles el caldo gordo a las fuerzas de izquierda.
Fue a finales de octubre del año pasado cuando el líder de VOX, Santiago Abascal, promovió una moción de censura que no tenía otra finalidad más que sacar de la Moncloa a la coalición social comunista integrada por el PSOE y PODEMOS.
Todos recordamos lo que ocurrió en aquella ocasión:
En vez de apoyar al líder de VOX -lo cual hubiera sido lo más lógico- Pablo Casado no solamente le negó su apoyo, sino que se dedicó a insultar a Santiago Abascal, un discurso tan violento que ni siquiera se atrevieron a pronunciarse Pedro Sánchez o Pablo Iglesias.
A quien esto escribe, conociendo la naturaleza cobarde de un Partido Popular que, por medio de Mariano Rajoy, logró consolidad las políticas socialistas de Zapatero, no nos extrañó dicha actitud.
El virulento ataque de Pablo Casado en contra de Santiago Abascal disipó cualquier duda a quienes aún confiaban en el Partido Popular.
Ahora el peligro vuelve a presentarse con motivo de las elecciones para la Comunidad de Madrid.
Considerando que quienes obtendrán más votos serán Isabel Ayuso y Rocío Monasterio, lo más lógico es que ambas pacten para formar gobierno. Es aquí donde nada nos extrañaría que un Pablo Casado, envidioso del carisma de Isabel Ayuso, volviese a repetir la jugada. En ese caso -repetimos- nada extraño sería que Casado le ordenase a Isabel Ayuso que no pacte con VOX.
Y si Isabel Ayuso llegara a obedecerlo, se estaría suicidando políticamente (¿Es eso lo que en el fondo desea Pablo Casado?) puesto que se crearía un vacío de poder en el cual podría ocurrir hasta lo más inesperado como que el socialista Ángel Gabilondo llegase a la presidencia después de pactar con PODEMOS.
Si eso ocurriese, tendríamos una coalición social comunista gobernando la comunidad de Madrid y a un cada vez más débil José Luis Martínez Almeida al frente de la alcaldía madrileña. Un Martínez Almeida que dependería de una Begoña Villacís que, por estar afiliada a CIUDADANOS, no dudaría en retirarle su apoyo.
De ese modo se cumpliría lo que Lenin recomendaba con miras a tomar el poder en Rusia: Un golpe de Estado solamente tendrá éxito si los golpistas logran apoderarse de la capital del país.
Mucho es lo que no solamente la Comunidad de Madrid sino el resto de España se están jugando el cada vez más próximo 4 de mayo.
Una elección de gran trascendencia en la cual uno de sus principales protagonistas será un Pablo Casado en quien cada vez confiamos menos.
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Nemesio Rodríguez Lois