Fórmate para el éxito

1. Nosotros atraemos aquello en lo que pensamos

* Responsabilízate de tus pensamientos y de tu formación

– Cada uno de nosotros somos el resultado directo de nuestros pensamientos. El mal de la mayoría de la gente es que no dedica tiempo  para pensar (reflexionar). Los éxitos y los logros dependen en mucho de lo que tengamos en la mente.
Dedica tiempo a pensar, y pensar en grande. No desperdicies tu potencial en acciones irreflexivas.

* Nadie puede atraer el triunfo si lo rechaza mentalmente o no lo ama apasionadamente:

– Imagina previamente y piensa con detalle lo que deseas alcanzar. El ideal es indesligable de la acción, para hacerlo realidad.

– Fomenta una confianza muy grande en Dios y en ti mismo.

Rechaza con coraje cualquier posibilidad de quedarte en la “estacada”. Esto significa encararse honestamente con los propios defectos y en trabajar constantemente en corregirlos.

– Ve en los errores algo muy bello y detrás de cada error la oportunidad –el aprendizaje, la experiencia requerida- para poder coronar el ideal o proyecto.

– Piensa constantemente bien de tí mismo y de tus capacidades. Serás capaz, si piensas que eres capaz, y actúa en consecuencia.

– No existen soluciones “mágicas” o “fáciles”, pero empieza por ti mismo: respétate y piensa dignamente y así tendrás un comportamiento digno. Dignidad es sentir un gran aprecio por uno mismo y por los demás.

– Dedica cada día un tiempo para pensar y pedir consejo. Esto te llevará a actuar con previsión y para construir con rapidez. No es lo mismo hacer las cosas en clima ordenado, sereno, tranquilo; que intentar alcanzar las metas “apagando fuegos” y en un ambiente tormentoso. Se pueden perder muchas energías y no llevar a término la obra.

No le eches la culpa a otro, ni te evadas. Mantén una actitud de responsabilidad personal, nunca de “mea culpismo”. Piensa: ¿qué puedo hacer para mejorar esta situación? ¿Qué depende de mí? ¿Qué de los otros?

– Cada uno es el arquitecto de su propio futuro. Por eso hoy dedícate a dar un paso más para construir ese destino. El pasado sólo interesa como experiencia. No te lamentes. Y el futuro se construye en el presente.

2. Traza un plan de acción

Tus pensamientos deben cristalizarse en metas concretas

– Redacta el plan de modo claro, específico, breve y completo en lo que deseas conseguir. Evita generalidades y palabras vagas.

– Utiliza tu imaginación y pónte a diseñar proyectos. Recuerda –que dentro de un sano realismo- lo que puedes imaginar lo puedes realizar.

– Este plan de acción debe ser medible y cotejable periódicamente, con el avance logrado en la práctica.

3. Pero tienes que estar dispuesto a pagar el precio

Paga la “cuota inicial”

* No hagas caso a las dificultades, amenazas, críticas y al “qué dirán”. Pero tampoco las ignores, porque conviene a aprender a manejarlas de modo que nos sirvan como catapultas (oportunidades de mejora), para lograr lo que nos proponemos, siempre que lo que deseemos y como lo deseamos implique colaborar en el progreso de los demás.

4. Si el deseo es auténtico, una vez logrado, conviene soñar nuevamente para acrecentar lo alcanzado

* Siempre ir a más, de lo contrario se corre el riesgo de perder lo logrado.

* Esto es válido, si constituye un genuino servicio que hace progresar a los demás.

* Entre las actitudes positivas para alcanzar el éxito y conservarlo, es indispensable ejercitar la lealtad, fidelidad, laboriosidad, paciencia, orden, generosidad, etc.
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Gabriel Martínez Navarrete

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