Influir en la moda

Querámoslo o no, todos influimos en la moda con nuestro modo de vestir en la vida diaria y en las fiestas. No se trata de usar lo que está de moda y ya, sino que además hay que discernir si esa moda nos sienta bien.

Un caso curioso: Cansadas de recorrer centros comerciales y sólo encontrar pantalones ceñidos con cortes al límite de la cadera, micro blusas y «top tanks», un grupo de amigas en Arizona lanzó una campaña para recuperar la ropa de líneas sencillas en las tiendas. Amanda Smith, de 18 años de edad, organizó con sus amigas recolección de 1,500 firmas de adolescentes que, como ellas, piensan que vestir bien y «a la moda» no implica lucir como Britney Spears en sus videoclips.

«Muchas chicas buscan atención de la gente, especialmente de los chicos. Lo que no se dan cuenta es que usando ese tipo de ropa se degradan. En vez de seguir quejándonos, decidimos hacer algo», afirma Smith al explicar el porqué de su campaña. Las adolescentes llevaron sus firmas hasta la cadena de tiendas Dillards en Mesa, Arizona, que para sorpresa de las amigas respondió a su demanda.

Con la asistencia de las chicas, que han sido nombradas «consultoras de moda» de la tienda, la entusiasmada diseñadora de modas Jody Berman prepara ahora una línea de ropa sobria y elegante. Según Berman, se trata de «un fabuloso mercado que no es atendido». La diseñadora sostiene que es un reto que disfruta porque cree que se puede hacer ropa muy bonita con un poco más de tela.

«No es algo complicado, es muy razonable. Es fácil confeccionar un vestido lindo con las mismas telas que están de moda «, sostiene Berman.

La antropología filosófica y la psicología dicen: Lo que eres no se puede separar de lo que haces. Corresponde sobre todo a la mujer el cuidado en su forma de vestir, debe cuidar la limpieza de su persona y la modestia para no enviar mensajes equivocados. Si una chica viste una falda corta o un escote pronunciado está enviando un mensaje a los varones sin ser conscientes muchas veces de ello: “Trátame como objeto de placer, no como persona. Quiéreme aunque sólo quieras mi cuerpo”.

Una chica llevaba un palmo de vientre al aire. “Visto así –decía- porque es mi manera de gritar que necesito que me quieran. Tengo hambre de cariño”.

Un amigo le explicaba a un colega: “Cuando tengas novia piensa en el bien de ambos. No puedes tocar el cuerpo sin tocar el alma. El hombre es capaz de fingir amos para obtener placer, y la mujer es capaz de seducir para obtener afecto”.

San Juan Crisóstomo, autor del siglo IV, pedía una buena educación en las jóvenes. Escribía: “Una joven que ha sido educada para apasionarse por los adornos femeninos, cuando deje la casa paterna será difícil y fastidiosa para su marido y más cargante que los recaudadores de impuestos”.

El placer posesivo es interesado, no busca al otro o la otra, no respeta la dignidad de la persona y da pie a la infidelidad y a la desgracia. En este sentido, me parece especialmente importante el papel de la mujer -de la novia-, porque la mujer es más reposada, menos impulsiva. Debe fomentar un atractivo personal, pero no a base de perder parcelas de su intimidad.

Por otra parte, legalizar la droga y la prostitución es legalizar lo que destruye a un país. ¿Por qué algunos quieren dar libertad a los ciudadanos para que sean licenciosos?

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