La valentía de Jackie Robinson, primer afroamericano en Ligas Mayores
El inolvidable atleta Jesse Owens (1913-1980) compitió en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. En ese entonces, al frente del gobierno alemán, se encontraba el Führer, Adolfo Hitler. Era la época del apogeo del nacionalsocialismo. Y absolutamente todas las manifestaciones culturales, artísticas, deportivas, de los avances y progresos socioeconómicos eran encauzados para la difusión de la propaganda nazi, dirigida por Joseph Goebbels y secundada por Hitler.
Era de todos conocido el odio de los nazis hacia los judíos, los hispanos y los afroamericanos.
Así que cuando se presentó Jesse Owens en las pistas olímpicas fue clamorosamente abucheado, haciendo escario del color de su piel. Hitler estaba muy convencido de la superioridad de la raza aria y que sus atletas barrerían todos los logros –anteriormente conseguidos- de Owens.
La sorpresa mayúscula fue que Jesse Owens ganó 4 medallas olímpicas de oro: 100 y 200 metros planos, salto de longitud y la carrera de relevos de 4×100 metros. Supuso tan gran disgusto para Hitler que no soportó esa derrota -.que él la interpretó como una humillación- y prefirió abandonar el gigantesco estadio olímpico de Berlín ante el desconcierto de miles de espectadores.
En Estados Unidos, ocurría algo similar. Los deportes eran dominio de los de raza blanca y los afroamericanos eran excluidos por una absurda discriminación racial. Concretamente en el béisbol, era impensable que formaran parte de las Ligas Mayores.
Pero hubo un valiente jugador Jackie Robinson (1919-1972) quien poseía destacadas facultades para este deporte. Desde los años cuarenta “tocó puertas” para que se le permitiera ingresar en un equipo, pero automáticamente le era denegada su petición.
Una anécdota nos muestra su temple y su carácter. Por esos años ingresó a las fuerzas armadas en la Segunda Guerra Mundial. Cuando un afroamericano subía a un autobús obligatoriamente debía de sentarse en la parte trasera. Pero Jackie se negó. Fue llevado a una corte marcial y se le absolvió de sus cargos. Al término de la conflagración abandonó el ejército con honores.
Pero hubo un manager de los Dodgers, Branch Rickey, que se decidió a contratar a Robinson al observar su valía profesional. Le advirtió a Jackie que la pasaría mal desde un principio y que le aconsejaba que controlara sus pasiones y temperamento ante un ambiente hostil, agresivo, violento y brutalmente ofensivo. Pero Jackie, a pesar de todo, tuvo un desempeño brillante bateando y jugando la primera base.
El 15 de abril de 1947 participó en la Grandes Ligas, la segregación racial quedó superada y anotó la carrera ganadora de la Serie.
No obstante, de ser un magnífico deportista, le gritaban frases hirientes y racistas; recibía cartas con amenazas de muerte; los mismos pitchers malintencionadamente le lanzaban las bolas a la cabeza y a las piernas; algunos catchers le escupían en sus zapatos, pero Jackie mantuvo siempre el control y “la cabeza fría”.
Por soportar en silencio todas esas graves ofensas –poco a poco- se fue ganando el respeto de todos sus compañeros, de los equipos contrincantes y del público en general. ¿Cuál fue el resultado? Fue nombrado el Novato del Año.
En 1949 fue elegido como “El Jugador más Valioso” con un promedio de bateo por encima de .342, 124 Home Runs e impulsando 122 carreras. Un dato asombroso fue que en 19 ocasiones se “robó” el home.
Es edificante el pensamiento que Jackie Robinson tenía sobre su actitud tranquila y serena, de no responder “agresión por agresión”. A menudo comentaba: “Estoy abriendo una brecha nueva. Pienso en los miles y miles de atletas afroamericanos que vendrán –con libertad- a destacar en multitud de actividades deportivas en todo Estados Unidos.
Después de su retiro del béisbol, se dedicó a luchar contra la segregación racial, a favor de los Derechos Civiles y trabó amistad con Martin Luther King, así como Dwight Eisenhower y John F. Kennedy. Se esforzó por conseguirles becas a jóvenes de escasos recursos y consiguió fondos para que tuvieran los afroamericanos una vivienda digna.
Se han escrito libros y filmado películas biográficas sobre esta gran figura por ejemplo, en 2013 se estrenó la película “42”.
El 15 de abril ha sido declarado en Estados Unidos como “el Jackie Robinson Day”, la gran leyenda del béisbol en las ligas mayores.
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Raúl Espinoza Aguilera
Gracias Raúl por tan buen artículo, realmente nos muestra que la calidad humana nos mueve a actos heroicos.
La serenidad, la fortaleza, sacrificio, voluntad, decisión a las miras altas, da frutos cuando se piensa, razona, reflexiona hacia el fin que se busca.
Fue una meta personal, con motivos que trascienden, para el bien común, logró prestigio con esfuerzo y un camino para otros.
La invidencia, soberbia pueden nublar metas nobles, importantes para otros, cuidemos el bien hacer para lograr caminos a los que vienen detrás y legar humildad, tesón, prestigio para el bien común.
Esfuerzo y tiempo es la vida, para obtener calidad humana y calidad moral.