¿Los políticos se han vuelto locos? Extienden aborto por el mundo

Hoy en día la pregunta es: ¿Se han vuelto locos los gobernantes y legisladores? Y es que la República de Argentina en fecha reciente aprobó el aborto; el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere elevar a rango constitucional el aborto; y en otros países, como México, se encuentra en estudio la posibilidad de aprobarlo a nivel nacional.

¿Alguna vez los gobernantes y legisladores han visitado una clínica en la que se destruyen vidas humanas y se arrojan a los basureros? Son pequeños cadáveres mutilados, destrozados, deformados; bebés a los que se les arrancaron sus brazos, sus piernas y machacaron sus cabecitas. Es un espectáculo tremendo de observar.

No se puede llegar a comprender que tanta crueldad ocurra en este siglo XXI, que se jacta de ser la época de los derechos humanos y del respeto por el medio ambiente, los animales y la flora y la fauna submarina.

Las frases que se suelen emplear para justificarlo son: “Aceptar el aborto es propio de ‘sociedades de avanzada’; ‘políticamente correctas’; de ‘apertura a los nuevos tiempos’ ”.

Los que no se dice es que detrás del aborto se mueve mucho dinero: hospitales, médicos, enfermeras, material quirúrgico, medicamentos.

Lo que podemos afirmar, con absoluta certeza, es que se trata de un lucrativo negocio porque, como sostenía el Doctor Bernard Nathanson hace años:

“Es cuestión de aritmética: a 300 dólares cada aborto, y si lo multiplicamos por 1 millón 550 mil abortos, nos encontramos con una industria que produce más de 500 millones de dólares anualmente, de los cuales, la mayor parte van a parar a los bolsillos de los médicos que lo practican”.

Existen numerosos millonarios del Primer Mundo que se oponen abiertamente al desarrollo demográfico de países en vías de desarrollo. Y, en vez de apoyarlos económicamente para que sean autosuficientes, prefieren irse por la vía del exterminio y aniquilación.

Ese fue el mismo camino que determinó Adolfo Hitler, caudillo del nacionalsocialismo alemán, en sus tristemente célebres campos de concentración. Lo que nunca he llegado a comprender cómo es que enfervorizó a millones de arios para detener, maltratar, humillar, torturar y asesinar a miles y miles de judíos. Sabemos que en su mente perversa también los latinoamericanos y afroamericanos nos encontrábamos en su lista macabra, porque para él también éramos seres inferiores que no teníamos derecho a existir.

El caso de una bebé que «resucitó» del bote de basura

De las varias historias dramáticas que he leído, me viene a la memoria la de una enfermera que colaboró en varios abortos y que un día, al finalizar la jornada, al salir del quirófano y pasar por los botes de basura, escuchó el lamento de un bebé que había quedado con vida. Ella se compadeció, lo recogió, lo llevó a escondidas a su casa, lo limpió, lo curó, le brindó sus cuidados médicos, lo alimentó. Luego le proporcionó educación y cariño como si fuera su hija.

La bebé pudo desarrollarse con normalidad e incluso llegó a asistir a la universidad. Con el tiempo, se casó y tuvo hijos. Ella quiso brindar su testimonio en diversos medios de comunicación y me llamó mucho la atención el hecho de que afirmó que no guardaba rencor ni resentimiento contra sus padres naturales ni contra el médico que la abortó. Y, en cambio, un gran agradecimiento a Dios y a la enfermera que le permitieron vivir y desarrollarse como ser humano. Su conclusión fue hacer un urgente llamado para frenar este demencial genocidio silencioso.

Da mucha pena ver en los medios de comunicación a cientos de jovencitas que se colocan su pañoleta verde y levantan sus puños manifestando su apoyo al aborto. Sabemos que han sido “mentalizadas” o manipuladas con unas cuantas frases superficiales y no tienen la menor idea de lo horroroso que resulta el destrozar a una criatura indefensa e inocente en el seno de su madre y privarla de su primer derecho humano: el derecho a vivir.

Estas jóvenes dicen que con ello manifiestan su “liberación femenina”. Pienso que a ellas serían a las primeras a las que habría que llevarlas a esas clínicas en las que se practica el aborto y que observen detenidamente cómo son arrojados a los basureros y el deplorable estado en que quedan esos pequeños cadáveres destrozados de los bebés.

A manera de una reflexión, recuerdo la conclusión a la que llegó el Doctor Bernard Nathanson: “Aprendimos que lo único que se necesita para que el mal triunfe, es que los hombres de buena voluntad simplemente no hagan nada”.

Creo que esto nos debe animar a los mexicanos a tener una participación ciudadana más activa, a hacer a un lado la pasividad y la indiferencia, y hacer todo lo posible por detener y terminar con este silencioso y sangriento holocausto.
……………………………
@NuevaVisionInfo
redaccion@diarionuevavision.com
Raúl Espinoza Aguilera

Un comentario en «¿Los políticos se han vuelto locos? Extienden aborto por el mundo»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *