¿Por qué el legado de Octavio Paz será monumento artístico?
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A veinte años del fallecimiento del poeta y ensayista Octavio Paz –Premio Nobel de Literatura 1990– me ha parecido un justo reconocimiento a su valiosa obra creativa el hecho de que la Secretaria de Cultura anuncie que en breve declarará su trascendente legado como archivo documental y acervo bibliográfico y que será reservado como monumento artístico (1).
Sin duda, considero este gesto como un acto de revaloración de su entera obra literaria y una forma de otorgarle plena vigencia y actualidad, cuya calidad -de manera indiscutible- se ha agigantado con el paso del tiempo. Aunque hay que reconocer que, en tiempos pasados, su figura sufrió diversos y significativos desplantes y, lo más duro en mi opinión, fue una campaña de indiferencia y de pretender negar su importante huella en el pensamiento y en la Literatura.
Un tema que me interesa destacar es que Octavio Paz consideraba que los hombres en todas las épocas y culturas se han hecho este triple cuestionamiento: “¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?” , y decía que se requería de valentía y determinación personales para descubrir el verdadero sentido de la existencia humana.
Y es que Paz poseía una aguda inteligencia que le impulsaba a buscar siempre las respuestas que le brindaba la razón, con una capacidad de deducción y una lógica deslumbrantes y una intuición por la verdad que lo colocan entre los grandes literatos de todos los tiempos.
Se podrían hacer numerosas reflexiones a este respecto, pero considero que dentro de su rica y profunda obra literaria siempre mantuvo una actitud de “búsquedas hacia lo Trascendente”, como él mismo solía llamarlas.
De tal manera, que en la poesía de nuestro Premio Nobel de Literatura, Paz siempre jugó con varios elementos e imágenes bipolares, para terminar haciendo una original síntesis a lo largo de su amplia trayectoria obra literaria. Lo podría resumir de la siguiente forma:
1) Frente al vertiginoso río del tiempo, que transcurre sin detenerse, se encuentra el Mar que es lo inmutable, el reducto de la paz y el reposo definitivos.
2) Si el poeta dice que los hombres somos sólo “llamaradas”, el poeta intuye la
existencia de un Fuego Inextinguible.
3) Si los seres humanos experimentan la penumbra o las tinieblas en su devenir por la tierra, le conduce a plantearse la existencia de una Claridad y una Luz permanentes.
4) Del mismo modo, en sus experiencias estéticas, por ejemplo, frente a su contemplación de una hermosa obra pictórica, un admirable escrito literario o una bella escultura, descubre lo que él llama “instantes de eternidad”, como chispazos de un gozo y deleite momentáneos, pero que deduce que proceden de un Ser donde reside en plenitud toda la Belleza.
5) Si afirma que los hombres somos sólo “espejos” o “reflejos pasajeros”, le conduce a pensar en la existencia de un Ser Supremo que es Eterno y Permanente.
Cuando en 1990, fue designado como Premio Nobel de Literatura, me llamó poderosamente la atención que la crítica internacional recibiera –de forma unánime y con gran entusiasmo- su nombramiento, reconociendo su calidad y profundidad literaria y ensayística.
En conclusión, considero un acierto que el legado de Octavio Paz sea considerado monumento artístico porque su obra y su pensamiento lo colocan como una de las voces más preclaras y perennes no sólo de México, sino también, de la Literatura Universal.
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(1) Confrontar: Espinoza Aguilera, Raúl, ¿Qué sabes sobre Octavio Paz?, Editorial Minos III Milenio, México, 2009. 122 páginas.
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Raúl Espinoza Aguilera