Predecir el próximo terremoto… fácil, muy fácil
Mucho han insistido todos los geólogos del mundo sobre la imposibilidad de predecir los sismos, debido a la cantidad de factores (conocidos y desconocidos, medibles e inmedibles) que intervienen en un terremoto.
Es por esta razón que me atrevo a proponer a México y al mundo incluir en la sismología las pruebas de bombas atómicas que se llevan a cabo en nuestro planeta. Me refiero específicamente a la explosión subterránea de una bomba “H” que realizó Kim Jong-un, líder y emperador plenipotenciario de Corea del Norte, el 4 de septiembre de 2017, unos días antes de los sismos del 7 y 19 de septiembre, de 8.2 y de 7.1 grados en la escala de Richter, respectivamente, ocurridos en México.
Este mocoso nalgas-meadas ha creado para sí una serie de juguetitos atómicos que le están dando en la torre al planeta, tanto diplomáticamente como ecológicamente.
Para que usted, mi estimado lector, pueda apreciar lo que hizo este tipejo, le puedo decir que: para que explote una bomba “H”, es decir, una Bomba de Hidrógeno, que convierte Hidrógeno (H) en Helio (He), se necesita un detonador consistente en 4 (sí, CUATRO) bombas atómicas como la de Hiroshima.
Como este imbécil la detonó en su territorio, tuvo que perforar muchos kilómetros hacia abajo, pues de otra forma la radiación llegaría a la superficie y mataría a todos los coreanos. Muchos kilómetros abajo significa estar muy cerca del “magma” o lava sobre la que flotan las placas tectónicas, y supongo yo que una explosión de tal magnitud afecta las corrientes y mareas del magma, que como se sabe, se comporta como el agua de los océanos.
De hecho, mi suposición es que la explosión atómica generó un tsunami de magma que fue a parar en el centro y sur de la República Mexicana. Los geólogos y sismólogos tienen la información suficiente para justificar este hecho, ya que las pruebas atónicas subterráneas realizadas por Francia en el Pacífico Sur durante la segunda mitad del siglo XX (a mi juicio) causaron terribles terremotos en México, Guatemala, Nicaragua, Chile y otros más.
¿Qué hacer?
1°.- Estar al pendiente de los berrinches de Kim Jong-un, y si este tipo vuelve a efectuar cualquier explosión atómica subterránea, debe usted estar alerta.
2°.- Sea consciente de la situación estructural del lugar donde habita, donde trabaja y donde visita. Cuando entre en una edificación, ubique las “Rutas de Evacuación” y ubique objetos colgantes (lámparas, adornos, etc.) para comprobar si está temblando. No justifique ningún mareo (“me cayó mal el desayuno”, etc.), siempre compruebe si está temblando.
3°.- Al día siguiente de la prueba atómica y durante por lo menos un mes, proponga que en su escuela y/o centro de trabajo, se efectúen simulacros de evacuación lo más frecuentemente posible (lo ideal sería diario).
Por si sí o por si no, para prevenir este tipo de terremotos propongo desde este foro que el Senado de la República ordene al Poder Ejecutivo que nuestro embajador en la ONU lleve una propuesta al Pleno de la Asamblea de la ONU y a su Consejo de Seguridad, para que al momento que Corea del Norte vuelva a hacer un ensayo nuclear, todos los países agrupados en la ONU suspendan relaciones diplomáticas y comerciales con dicho país.
Es obvio que México deberá ser el primero en tomar estas medidas, pero también deberá apoyarlas declarando enemigo de México al país que se abstenga de efectuar estas sanciones contra Corea del Norte.
En apoyo a mi propuesta, pido a las organizaciones que recolectan firmas a través de plataformas digitales para hacer peticiones a la autoridad, llevar a cabo una encuesta para este tema, y a los ciudadanos que escriban a los senadores de la República (por mail o por carta) para que actúen en el sentido de esta propuesta, si les parece bien.