Principios básicos del éxito
El ponerse metas realistas y la ilusión profesional liberan energías. Cuanto más auténtica sea la ilusión profesional y más altas las metas realistas, tanto mayor será la fuerza de la persona que se propone lograrlas.
Canalizar la ilusión profesional:
* Capacitándose adecuadamente.
* Pensar bien, planear cuidadosamente y ejecutar con esmero, sabiendo terminar bien lo que se emprende y las cosas que se hacen.
Lo anterior es piedra fundamental de todo éxito.
El éxito se expande por medio del trabajo constante: cuanto más dedicación se ponga en ese esfuerzo, más significativo será el éxito.
Tal vez la ilusión más fructífera sea la de crear oportunidades para los demás: crear empresas, crear empleos, crear cosas que satisfagan las necesidades de los demás.
La supervivencia depende de las fuerzas de la persona que se propone lograr sus metas, pero el éxito se construye superando las debilidades.
* Frecuentemente las debilidades son actitudes que aún no se han adoptado o cosas pendientes da hacer, pero que no se ha trabajado en estas.
* Si las debilidades no se superan, se convierten en amenazas que pueden llevar al sepulcro los mejores proyectos y la ilusión profesional.
* Es necesario transformar estas amenazas en oportunidades, mediante la apropiada y congruente estrategia que troque las debilidades en fortalezas.
El dominio de la profesión y la conquista de nuevos ambientes inicia por concentrarse en lo esencial, y aplicar las actitudes, valores y reglas adecuadas.
El dominio total de la profesión se logra con la visión de conjunto del trabajo, iluminada con una visión amplia de la realidad (cultura), y cuidando los detalles, y sabiendo qué reglas pueden aplicarse y de cuáles prescindir.
Los valores de lealtad, fidelidad, veracidad, sinceridad, transparencia, laboriosidad, constancia, perseverancia, respeto, fraternidad, orden, etc., encarnados en las personas determinan y enmarcan el rumbo de todo éxito.
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Gabriel Martínez Navarrete
