Un voto por Margarita es un voto por López Obrador
Han empezado ya las campañas presidenciales y –después de las eliminatorias– quedan como finalistas cuatro candidatos: Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade Kuribreña, Ricardo Anaya Cortés y Margarita Zavala.
Los tres primeros compiten postulados por diversas coaliciones, en tanto que la última se lanza como independiente.
En estos momentos, las encuestas muestran una amplia ventaja de Andrés Manuel López Obrador; y en segundo lugar, cuidándose de no bajar al tercero, Ricardo Anaya Cortés.
Y es que, tal y como están las cosas, si Anaya no solamente se mantiene en el segundo lugar sino incluso llega a subir, entonces todo, absolutamente todo, podría ocurrir.
Y es que si la gran final –como todo hace suponer– se da entre Ricardo Anaya y López Obrador, pudiera darse tanto el llamado “voto del miedo” como el “voto útil”.
El “voto del miedo” significa que, ante el temor de que México se convierta en una segunda Venezuela, serían miles –quizás millones– quienes votarían a favor de Ricardo Anaya.
El “voto útil” significa que la mayoría de los seguidores de José Antonio Meade, al ver que su candidato no tiene posibilidades reales –antes de que México caiga en el populismo– acabarían también votando por Ricardo Anaya.
Eso explica los ataques viscerales del PRI en contra de Ricardo Anaya. A toda costa pretenden bajarlo del segundo lugar para que sea José Antonio Meade, quien –enfrentado con López Obrdor– acabe capitalizando tanto el “voto del miedo” como el “voto útil”.
Ahora bien, dentro de esta estrategia encaminada a conquistar un segundo lugar que, en el último minuto, pudiera resultar vencedor… ¿qué papel juega Margarita Zavala?
Todo empezó cuando Margarita –azuzada por su esposo, el ex presidente Felipe Calderón– pretendió a toda costa la candidatura presidencial del PAN, algo que el PRI hubiera visto con muy buenos ojos, pues para nadie es un secreto el entendimiento y buenas relaciones que siempre se han dado entre Calderón y los jefes priistas. Y por si alguien lo duda, les recomendamos el libro “EL AMASIATO”, cuyo autor es Álvaro Delgado.
Al ver cómo se frustró dicha maniobra, Margarita se lanzó como independiente, lo cual también complació a la mafia del PRI, puesto que, de ese modo, lograrían arrebatarle muchos votos al PAN.
La mujer de Calderón es la primera en reconocer que sus posibilidades son casi nulas. Sin embargo, está muy consciente de que, al andar en campaña, logrará atraer muchos votos que, si ella no compitiese, acabarían favoreciendo a Ricardo Anaya.
No obstante, aquí se presenta un riesgo que pone a todos en peligro: En caso de que la final estuviese muy cerrada entre López Obrador y Ricardo Anaya, pudiera ocurrir que quienes votasen por Margarita, al quitarle su apoyo al candidato panista, acabasen inclinando la balanza a favor del “Peje”.
De este modo, al combinarse varios factores –guerra sucia contra Ricardo Anaya, candidatura independiente de Margarita y alguna sorpresa de última hora–, pudiera ser que López Obrador ganase la elección.
Y, al igual que ocurrió con el populista Hugo Chávez en Venezuela, también López Obrador ganaría democráticamente la Presidencia para –una vez con todo el poder en sus manos– imponer una auténtica dictadura… Y todo por la soberbia y cerrazón de una dama que, a toda costa, quiere vengarse de Ricardo Anaya, sin importarle la suerte que pueda correr su país.
Sin embargo, tanto Margarita como el PRI que la respalda, deberán tener algo muy presente: “El Peje” ni es hombre de palabra ni reconoce lealtades. Con gran acierto se puede decir que es más falso que un billete de veintitrés pesos.
En caso de que llegase a la Presidencia, ya él se encargará de ajustarle cuentas a sus enemigos, empezando por la familia Calderón, a la cual no le perdona que lo hayan derrotado en 2006.
Una vez que les haya ajustado cuentas, seguirá con los del PRI, para luego rematar a todos aquellos que le estorben en su proyecto totalitario.
Conviene meditar todo esto y reflexionar cómo un voto visceral puede acarrear gravísimas consecuencias.
Definitivamente: Un voto por Margarita equivale a un voto por “El Peje”. ¡Cuidado!
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