Un voto razonado por Ricardo Anaya
Quien analice superficialmente lo ocurrido durante la presente campaña electoral, hará un resumen simplista afirmando que el pueblo está resentido contra un PRI-GOBIERNO corrupto que solamente ha tiranizado y explotado a los mexicanos.
Continuando con explicación tan simplista, agregará que –como fruto de dicho resentimiento– el pueblo votará masivamente por Andrés Manuel López Obrador, por ser el único que le garantiza pan, trabajo, seguridad y progreso a los mexicanos.
Consideramos que dicha explicación –aparte de simplista– es errónea puesto que si un candidato puede garantizar pan, trabajo, seguridad y progreso a los mexicanos ése es Ricardo Anaya.
Por lo pronto –a pesar de que han pretendido enlodarlo con calumnias– la verdad es que Anaya es un político honesto que, debido a elevada posición económica, no necesita ganar la Presidencia para enriquecerse.
Si Anaya se ha metido a la política es porque desea un cambio saludable para el país. No lo mueve la ambición; lo mueve la vocación de servicio.
Si Anaya fuese elegido presidente, en México se daría un vuelco de ciento ochenta grados puesto que los principales favorecidos serían precisamente las clases más necesitadas.
Sí, amigos lectores, como ustedes lo están leyendo: Si Anaya llega a Palacio Nacional, los más favorecidos serán quienes hoy padecen más penurias.
Y decimos esto porque Ricardo Anaya procede del sector empresarial, sector que, deseando sacar fruto a sus inversiones, acaba creando empleos y riqueza.
Explicaremos esto.
Un presidente estilo Ricardo Anaya lo primero que hará será bajarle los impuestos a los empresarios con el objeto de que éstos se animen, traigan los capitales que tienen en el extranjero y los inviertan en México creando nuevas industrias.
Al crearse nuevas industrias, el resultado inmediato será que haya más empleos, con lo cual se abatirá una de las causas de la delincuencia que tiene su origen en la necesidad.
Es importante tener en cuenta que una empresa que da trabajo a cien personas no solamente le resuelve el problema a sus cien trabajadores; de hecho, se lo está resolviendo a más de cuatrocientas contando que, al menos, de cada trabajador dependen su esposa, dos hijos y quizás unos padres ancianos o enfermos.
Aparte de eso, el hecho de que existan muchas empresas produce otro beneficio: La creación de riqueza puesto que se fabricarán camisas, zapatos, camas, colchones, juguetes, medicinas, herramientas, material de construcción, etc.
Y aún hay más: En el momento en que varias empresas fabrican el mismo producto (por ejemplo,- pantalones) o prestan el mismo servicio (por ejemplo, restaurantes); en ese momento, debido a la ley de la oferta y la demanda, con tal de captar clientela, los productos fabricados y la atención prestada serán de mejor calidad y a más bajo precio.
No ocurre así con los monopolios, en donde, al no tener un competidor enfrente, el comerciante vende productos carísimos y de muy mala calidad.
Por otra parte, una empresa pujante que produce bienes y servicios abatiendo el desempleo ofrece otro beneficio: Paga impuestos, con lo cual el Estado cuenta con los recursos necesarios para construir escuelas, carreteras, hospitales, presas, así como para prestar ayuda económica a comunidades que sufran algún desastre natural.
Todo esto será imposible si López Obrador llega a la Presidencia, ya que, debido a su obsesión enfermiza en contra de los empresarios, lo único que logrará será ahuyentarlos, con lo cual –por todo lo que acabamos de explicar– nos quedaremos sin empleos, sin mercancías de buena calidad a bajo precio y ¡el colmo! que el Fisco se quede sin recursos para resolver las necesidades del pueblo.
Consideramos que, de todos los candidatos en contienda, Ricardo Anaya –debido a su visión empresarial– es el único que puede garantizarnos un futuro más prometedor y sin sobresaltos.
Ésa la razón por la cual, después de analizarlo fríamente y a conciencia, votaré por Ricardo Anaya.
Un voto razonado pensando siempre en el futuro de México.
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