Proponen seis ejes para avanzar hacia un México más justo y competitivo
Un México justo y competitivo se construye con políticas públicas que mejoren la calidad de vida para todos los ciudadanos.
En un pronunciamiento conjunto, la Barra Mexicana Colegio de Abogados, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el centro de investigación México, ¿Cómo Vamos?, el centro de pensamiento y análisis México Evalúa y el Observatorio Nacional Ciudadano reconocieron que existe un largo camino por recorrer para construir una economía de mercado que funcione para todos.
Sin embargo, consideraron que es necesario defender los cimientos de una economía abierta y estable que a lo largo de las recientes décadas se ha logrado construir.
Es también necesario, dijeron, abogar por una agenda de política económica de acuerdo con principios básicos de eficiencia, transparencia, equilibrio fiscal y certeza jurídica para los detonadores de prosperidad.
Subrayaron que sin inversión no hay empleos. Y, en este sentido, identifican seis ejes para avanzar en esa ruta para cambiar a México:
1. Asegurar la continuidad de políticas económicas básicas como:
* Autonomía del Banco de México y la política monetaria.
* Libre flotación del tipo de cambio.
* Política de no control de precios.
Advirtieron que la adopción de políticas como los controles de precios o estrategias comerciales aislacionistas tendrán repercusiones que afectarán de manera importante la capacidad de compra de los salarios.
2. Invertir en la diversificación de la canasta de generación energética, aprovechando cada vez más las fuentes renovables y menos los subsidios a combustibles fósiles o la producción de refinados en procesos de producción ineficientes y que contribuyen al cambio climático.
3. Fomentar una política fiscal responsable. Toda propuesta de reducir impuestos o generar programas sociales masivos debe estar acompañada de un análisis detallado de la manera en que impactaría las finanzas públicas y la recaudación federal. Además, deben contener un estándar mínimo de transparencia y esfuerzos por reducir la posibilidad de actos de corrupción en los procesos de distribución de subsidios y transferencias.
4. Fomentar el empleo formal, la atracción de inversión y la generación de empresas como principal instrumento para reducir la pobreza. Los empleos formales que le brindan todos los derechos a los trabajadores son la base para ensanchar el ingreso de la clase media. El combate a la pobreza con éxito en el largo plazo no se puede sustentar sólo en políticas sociales basadas en transferencias financieras.
5. Ofrecer certeza jurídica a las inversiones. Es necesario ofrecer un ambiente de certidumbre a empresas y trabajadores en proyectos de inversión. La voz de la autoridad no debe ser una fuente de riesgo político sobre el clima para hacer negocios.
6. Aprovechar las ventajas comparativas de México en el comercio internacional e impulsar la apertura comercial del país para satisfacer las necesidades de la población. Contrario a lo que afirma el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los déficits comerciales no son necesariamente reflejo de una política económica fallida.
La apertura comercial, la creación de empleos formales, la certeza jurídica y la conectividad nacional e internacional son principios que han probado detonar la competitividad y el crecimiento de distintos países, y México no es la excepción.
Y por último, llamaron a poner atención y analizar y comprender el alcance de las propuestas de los candidatos en el contexto de las campañas electorales para elegir Presidente en 2018.
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