Ante la Virgen de Luján, argentinos rechazan el aborto
Luján, Buenos Aires (AICA).- “Estamos perplejos y doloridos ante la posibilidad de que se sancione la ley de despenalización del aborto. Sería la primera vez que se dictaría en la Argentina y en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano”, advirtió el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, al presidir la misa por la vida a los pies de la Virgen de Luján. Le pidió que enseñe a todos a respetar la vida, cuidarla, defenderla y servirla.
El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, celebró este domingo la Misa por la Vida ante una multitud de personas reunida frente a la basílica de Luján, donde sostuvo el rechazo de la Iglesia a la despenalización del aborto y renovó la consagración del pueblo argentino a su Virgen Patrona.
El prelado explicó que se convocaron a los pies de la Virgen de Luján, para pedirle a Ella que “nos enseñe los caminos para aprender a respetar la vida, a cuidarla, a defenderla y a servirla”.
“Aquellos que decimos que defendemos la vida desde la concepción hasta su término natural pasando por todas las etapas de su crecimiento, no podemos quedarnos en enunciados y en palabras”, llamó, y agregó: “Tenemos que asumir el compromiso social concreto que nos lleve a crear condiciones dignas para recibir la vida, acompañando muy cercanamente a aquellas hermanas nuestras que tienen embarazos en situaciones psíquicas y sociales sumamente vulnerables y frágiles”.
“Es necesario encontrar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer busque recurrir a un desenlace que no es solución para nadie”, subrayó.
Monseñor Ojea recordó a los jóvenes que “hemos recibido nuestra vida como don, por eso debemos cuidarla, tampoco somos dueños de otra vida humana. Es otro cuerpo, otra vida sobre la que no tenemos poder”, y enfatizó: “Chicos y chicas, el aborto no es un derecho sino un drama”.
“Le hemos pedido entonces a nuestra Madre que nos enseñe a respetar la vida, a cuidarla, a defenderla y a servirla. Los argentinos no podemos perder esa hospitalidad esencial de todo ser humano: La capacidad de recibir con los brazos abiertos a todos aquellos que han sido invitados al banquete de la vida, preparando para ellos una casa digna de ser habitada, una Patria más justa, más fraterna y más humana”, concluyó.
Consagran a Argentina a la Virgen de Luján
A tus pies renovamos la Esperanza. Vale toda vida.
Nuestra Señora de Luján
Madre del Pueblo Argentino,
aquí estamos a tus pies
para renovar la esperanza
y porque vale toda vida.
Hoy Madre Nuestra de Luján,
venimos como hijas e hijos tuyos,
para junto a vos, comprometernos a defender al inocente que no ha nacido,
y también a sus mamás que sufren en su cuerpo y en su espíritu.
Venimos a tus brazos de Madre, heridos y agobiados por tanta miseria y pobreza,
por el abandono y la postergación de tantos hermanos,
por la trata de personas,
la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención,
y por tantas nuevas formas de esclavitud y descarte.
Vos conoces muy bien el dolor y la angustia de muchas mujeres.
En ésta, tu Casa, son muchas las que te confían el secreto más hondo de su corazón:
el intenso sufrimiento vivido en algún momento de confusión,
el pesar que no se va y el arrepentimiento sentido y profundo.
Conoces a tantas que dudan en lo más íntimo de su ser
y tienen miedo de enfrentar la vida.
¡Qué inmenso es tu Amor Madre querida, nunca rechazas a nadie!
Continuamente consolás, sanás, ayudás a levantar la vida
y acercas a todas al Padre Misericordioso que en todo momento
está dispuesto a perdonar.
Te pedimos por todas ellas y las que seguirán viniendo
para que les regales esa misma fuerza
que el Padre Dios te concedió para cuidar a Su Hijo e Hijo tuyo,
en todos los momentos y circunstancias de su vida.
La Patria se debate en estos días entre la vida y la muerte,
necesitamos tu coraje, tu valentía tu audacia,
para decir siempre que Sí a Dios y a la vida.
Ayúdanos a no caer en la tentación de la mentira, la tibieza y la indiferencia,
y así, no dejar a muchos afuera del camino de la vida.
Estamos aquí para consagrarnos a Tu Amor de Madre
y encomendarnos por tu intermedio, al Bueno de Dios.
Y lo hacemos con infinita confianza.
Frente a tu Imagen,
y a esta Casa que en todo momento nos acobija y protege,
porque es Casa de nuestro Pueblo,
nosotros como pastores,
te consagramos, Nuestra Señora de Luján
a nuestra querida Patria Argentina
para que siendo fieles a Jesús, que es Buena Noticia de Vida y Amor,
alcancemos con prontitud, una fuerte y sentida Reconciliación Nacional
y una Paz duradera.
Queremos consagrar y encomendar a cada una de nuestras familias
para que sean casa y escuela de vida, comunión y amor.
Te consagramos a las mamás que llevan una hija o un hijo en su vientre,
y también te hacemos una entrega confiada de sus papás,
para que toda vida que se geste pueda nacer, crecer y habitar
en nuestra querida Nación.
Te consagramos a las niñas y a los niños,
te pedimos que tengan una vida llena de esperanza y que no les falte nada.
Te consagramos a los jóvenes,
dales la gracia de crecer como personas felices y plenas
y que sean fuertes para hacer un mundo más humano.
Ponemos en tus manos de Madre a nuestros queridísimos ancianos
para que vivan con serenidad y júbilo
y todos aprendamos de su sabiduría.
Madre de Luján, Tu Hijo, nuestro Amado Señor,
nos ha entregado su Vida para que todos nosotros tengamos Vida en abundancia,
danos un ánimo confiado, perseverante y lleno de valentía
para ser sus discípulos-misioneros
y defender la vida de cada persona, desde su concepción hasta la muerte natural,
defenderla siempre y en toda circunstancia
y que podamos hacerlo con claridad, firmeza y pasión
hasta el final de los tiempos,
cuando el Señor Jesús juzgue a todas las Naciones en el Amor.
Amén.
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