Destaca el Papa Francisco beatificación de mártires Claretianos de Barcelona
Después de rezar el Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco mencionó la beatificación en Barcelona de un grupo de mártires pertenecientes a los Claretianos, asesinados por odio a la fe durante la guerra civil española, y oró por que «su heroico ejemplo y su intercesión apoyen a los cristianos que también en nuestros días, en diversas partes del mundo, sufren discriminaciones y persecuciones».
Se trata del sacerdote Mateu Casals, el estudiante Teófilo Casajús, el hermano Ferrán Saperas y 106 compañeros mártires, pertenecientes a la Congregación religiosa de los Claretianos, cuya Misa de Beatificación se celebró el sábado 21 de octubre en la Basílica de la Sagrada Familia, en Barceona, España.
La Misa de Beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Se trató de la primera beatificación llevada a cabo en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, la cual había sido aprobada por el papa Francisco el 22 de diciembre del 2016.
Antes de la Misa de Beatificación en la Basílica de la Sagrada Familia, el viernes 20 de octubre, se realizó la vigilia de oración presidida por el padre Matthew Vattamattam, superior general de los misioneros claretianos, y el domingo, el día siguiente a las beatificaciones, se celebró una eucaristía en acción de gracias presidida por el cardenal Joan Josep Omella i Omella. Ambos actos, en el santuario del Corazón de María de Barcelona.
Los 109 mártires son de las comunidades claretianas de Barcelona (8), Castro Urdiales (3), Cervera-Mas Claret (60), Sabadell (8), Vic-Sallent (15), Lleida (11) y Valencia (4).
En el encabezado de este nutrido grupo de mártires figuran tres nombres: Mateu Casals (sacerdote), Teófilo Casajús (estudiante) y Ferran Saperas (hermano). Ellos simbolizan a los 49 sacerdotes, 31 hermanos y 29 estudiantes beatificados.
Catalanes (la mayoría), navarros, aragoneses, castellanos… todos compartían la común profesión religiosa y un gran amor a Jesucristo y a la Iglesia. Salvo dos, que murieron en 1937, todos fueron martirizados en los últimos meses del año 1936, durante la persecución religiosa que tuvo lugar en la guerra civil española.
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