República Centroafricana, al borde del genocidio
La violencia en la República Centroafricana se recrudeció en 2017 y deja a toda una generación de niños traumatizados, malnutridos, sin escolarizar y sin acceso a la sanidad más básica, alertó la UNICEF.
“Desafortunadamente, 2017 ha sido un año muy difícil para los niños y las mujeres en la República Centroafricana y tristemente no esperamos que la situación mejore en los próximos meses”, explicó la representante en el país, Christine Muhigana.
Cinco años después de que comenzara el conflicto, la mitad de la población del país necesita ayuda humanitaria y más de un millón han tenido que dejar sus hogares.
La violencia entre los grupos armados, que compiten por los recursos naturales, y los enfrentamientos étnicos se han extendido a prácticamente todas las regiones fuera de la capital. El ex coordinador de la ayuda humanitaria de la ONU, Stephen O`Brien, advirtió en agosto de que existían “las primeras señales de un genocidio”. La misión de la ONU en el país, la MINUSCA, tiene desplegados a 13,000 cascos azules con un costo de 900 millones de dólares anuales.
Los grupos criminales armados impiden a las agencias humanitarias acceder a estas zonas y hacer su trabajo. Este año, 14 trabajadores humanitarios perdieron la vida en el país y las organizaciones tuvieron que suspender sus actividades.
Violencia provoca crisis humanitaria
La representante de UNICEF dijo que les preocupa el impacto a largo plazo que esta crisis tendrá sobre los niños. “Tenemos a toda una generación con riesgo de crecer traumatizados, sin una educación adecuada, sin sanidad y constantemente expuestos a la violencia más horrible”.
Y es que un 20% de las escuelas del país están cerradas por la inseguridad. Las que permanecen abiertas tienen demasiados alumnos y pocos profesores.
Además, en 2017, se dobló el número de niños reclutados como soldados y las campañas de vacunación se han tenido que interrumpir por la inseguridad.
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