2017, un año “desperdiciado”… ¿también el 2018?
Termina un año más y de nueva cuenta las sociedades esperan que –ahora sí– el próximo año traiga mejores cosas, como si esto pudiera suceder de manera automática simplemente por el paso de un año a otro.
Olvidamos con frecuencia que la mayoría de las cosas suceden por obra del ser humano, sobre todo, por políticos como Nicolás Maduro que tiene secuestrado al pueblo venezolano o el impronunciable dictador norcoreano Kim Jong-un que mantiene al mundo bajo el amago nuclear.
Y, lamentablemente, los malos políticos abundan en distintos puntos del planeta –y México no es la excepción–, sin que los organismos internacionales hagan o puedan hacer algo por evitarlo.
Ya el Papa Francisco advirtió que el año de 2017 “lo hemos desperdiciado […] con obras de muerte, con mentiras e injusticias”, en tanto que el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, sostuvo que “el mundo ha retrocedido en aspectos fundamentales”, por los graves conflictos que afectan distintas regiones y países del mundo, las violaciones de los derechos humanos, las armas nucleares y el cambio climático. Apeló a “la unidad de la comunidad internacional” para hacer del mundo un lugar seguro. “Nuestro futuro depende de ello”, advirtió.
México se encuentra en este contexto. Baste citar lo que es ya de todos conocido: el 2017 fue el año más violento del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, con casi 10 mil ejecuciones; y lo peor es que no habrá cambio en la manera de enfrentar a la delincuencia organizada y no organizada, a lo que se suman las perspectivas económicas nada positivas y un ambiente político crispado por las elecciones de julio de 2018.
Grave reto tenemos los mexicanos para enderezar las cosas en el país que los políticos están llevando a la deriva.
Lo que nos debe quedar claro es que difícilmente mejorarán las cosas en México, si seguimos dejando en manos de los políticos las grandes decisiones que implican el bienestar de todos. Se hace necesaria una mayor presencia ciudadana en los asuntos públicos del país, en lo individual y a través de organizaciones sociales.
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